Estamos acostumbrados, o yo por lo menos, a comer estas tortas de Inés Rosales dulces, pero no sabía que existían saladas.
Estas no las venden en Granada, vienen de Sevilla, donde se ve que hay más variedad.
Son de sésamo y al punto de sal marina, y en cierto modo, parecen crackers salados, pero con la textura propia de la marca.
En resumen, me quedo con la versión típica dulce.
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