Buscar este blog

Mostrando entradas con la etiqueta recetas vegeterianas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta recetas vegeterianas. Mostrar todas las entradas

viernes, 4 de noviembre de 2022

(Receta) Vamos a coger setas de cardo y las cocinamos


El día 1 de Noviembre, día de todos los Santos, no teníamos otra cosa mejor que hacer y decidimos que no era un mal plan levantarse a las 7:15 de la mañana para ir a buscar setas de cardo.

Vaya por delante que no tengo ni idea del tema de las setas, pero esta bien aprender este tipo de cosas, y si encima te las puedes comer, mejor que mejor. Además se nos presentó la oportunidad de aprender gracias a un amigo, así que, eso hicimos.

Tras el madrugón, un café obligado para espabilarnos antes de salir para el lugar elegido. Allí estábamos a las 8 de la mañana, con un frio bastante respetable y medio dormidos. Y por cierto, no estábamos solos, ya había un grupo de gente por allí a lo mismo que nosotros. Al final, también fui el día 2, ya que estaba de descanso. Total general: dos días buscando (aprendiendo a coger) setas.

La seta de cardo, al parecer, es una de las mas preciadas y con un poco de práctica es bastante fácil localizarlas, y también es sencillo diferenciarlas de otras muy similares pero que pueden ser tóxicas. Yo no voy a explicar aquí nada referente a la seta por que sinceramente, no es algo que controle y por lo tanto no voy a alentar a nadie a salir a buscar setas de cardo basándose en mis exiguos conocimientos. Lo ideal es ir con alguien que sea perro viejo en estos menesteres y te transmita los conocimientos necesarios para salir por tu cuenta sin riesgos de ningún tipo.

Como digo, soy totalmente novato en esto de coger setas, y al parecer, una de las cosas que suelen llevar a rajatabla (y que yo no entiendo muy bien) los que si controlan, es que suelen salir a coger un tipo concreto de seta, y nada más.

En estos dos días que estuve aprendiendo lo poco que me ha dado tiempo, a la vez que hemos íbamos encontrando setas de cardo, también había champiñones, y otro par de especies que parecen ser apreciadas por la gente, pero nosotros solo cogimos las de cardo. Y sinceramente, me parece un desperdicio que estando toda la mañana andando por el monte, no eches al cesto todo lo que sea comestible. 

Por lo demás, el primer día la recolección no estuvo mal: entre los tres que íbamos, conseguimos casi dos kilos de setas de cardo. El segundo día, que solo fuimos dos, la cosa menguó bastante, y solo encontramos medio kilo aproximadamente (lo justo para hacer un buen revuelto).

Respecto a la preparación, este tipo de seta suele ir muy bien en estofados de carne, pero la preparación estrella, la mas extendida, es saltearlas con ajo, perejil y opcionalmente, un poco de cayena molida y pimentón (dulce o picante). Una vez cocinadas de esta manera, se pueden terminar en forma de revuelto con huevos, o bien de acompañamiento para carnes o pescados.

Ingredientes:

  • 1 Kg. de Setas de cardo
  • 1 cabeza de Ajos 
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Pimienta
  • Cayena (opcional)
  • Pimentón dulce o picante (opcional)
  • Perejil
Preparación:


Lo mas tedioso de esta receta es la limpieza de las setas, o sea, retirar todo rastro de tierra o de briznas de hierva que hayan podido quedar adheridas a la seta. Por este motivo es importante que cuando las cojamos, a la hora de echarlas a la cesta estén lo mas limpias posibles, y eso que nos ahorramos posteriormente en la cocina.

Las limpiamos una a una bajo el chorro de agua, eliminando cualquier resto de tierra que pueda quedar tanto en la parte superior como en las láminas inferiores, y las vamos colocando en un colador para que vayan escurriendo.

Setas de cardo ya limpias y escurridas.

Una vez las tengamos todas limpias, pelamos y cortamos todos los ajos de forma que queden bien picados.

En una sartén, ponemos un chorreoncito de AOVE y ponemos a fuego máximo. Echamos los ajos y dejamos un par de minutos que cojan color. Ahora, añadimos las setas y removemos bien para que se mezclen con el ajo.

Utilicé dos sartenes porque iba a hacerlas de dos formas diferentes.

Las debemos remover frecuentemente, y observaremos que en unos minutos, empezarán a soltar agua y a menguar de tamaño. En este punto, podemos añadir sal, que luego corregiremos. 

Dejamos que evapore un poco el agua, y será el momento de añadir la pimienta, el pimentón y la cayena (estos dos últimos si hemos decidido incorporarlos a la receta), y removemos nuevamente.

Deberemos dejar las setas al fuego, hasta que la práctica totalidad del agua se haya evaporado y solo quede el aceite, y ese será el momento de retirarlas del fuego.

Ya terminadas, al fondo con ajo, y en primer plano con ajo y pimentón dulce.

Así de sencillo, no tiene mas. Si en ese punto queremos hacer un revuelto, añadiremos los huevos y lo terminaremos, y si no fuese el caso, las apartamos y las utilizamos como mas nos guste.

Y hasta aquí puedo leer. Solo me queda añadir que después de probarlas (y escuchar a tanta gente decir que son de las mejores setas que hay), coincido plenamente en que están espectaculares.


jueves, 17 de septiembre de 2020

(Recetas de Tacos) Cebolla roja encurtida con o sin chile


Nunca imaginé que algo tan sencillo resultara tan polivalente. Decidí preparar este encurtido tras ver en varios vídeos cómo se lo añadían a un taco mexicano, y pensé que también serviría como acompañamiento de otras comidas.

Una preparación sencilla y además rápida. Sencilla porque los ingredientes son comunes y es fácil que lo tengamos todo sin tener que salir a comprar, y rápido porque ademas de hacerse en un abrir y cerrar de ojos, solo tiene que reposar entre 1 y 2 días y estará listo.

Además, está cebolla encurtida permite bastantes variaciones, ya que, por un lado, puedes modificar los ingredientes líquidos hasta encontrar la combinación que más te guste, y respecto al picante, puedes usar chile habanero, jalapeños o simplemente no ponerle ningún tipo de picante.

Una vez lo hayas preparado y haya reposado durante mínimo 1 día, podrás usarlo tanto en tacos como aderezo de otras comidas, como por ejemplo, de unas lentejas, a las que en muchos sitios suele ponérsele algo ácido, como el vinagre. También le van de lujo a un perrito caliente o sobre un filete de ternera, cerdo o pollo.

Vamos a necesitar lo siguiente.

Ingredientes:

  • 2 Cebollas moradas pequeñas
  • Zumo de  2 limones 
  • Zumo de 1 naranja
  • Vinagre blanco
  • Opcional: 1 habanero o 2 jalapeños
  • Sal
  • Orégano
  • Laurel
Preparación:

Esta cantidad cabe perfectamente en un tarro de cristal donde suelen venir los garbanzos, el formato grande (400 gr.escurridos), no el pequeño.

Lo primero que haremos será cortar la cebolla en juliana, y la colocaremos en un bol donde la cubriremos con agua hirviendo, dejándola blanquear durante un par de minutos.

Pasado este tiempo, las escurrimos y las pasamos bajo agua del grifo para enfriarlas. Dejamos escurrir de nuevo un momento.

Mientras tanto, si hemos decidido añadir chile picante, troceamos el habanero en trozos pequeños o un par de jalapeños de igual forma. Podemos restarle potencia desechando las semillas.

Exprimimos un par de limones y una naranja y  reservamos.

En el tarro de cristal, con la ayuda de unas pinzas, vamos colocando cebolla hasta llegar a la mitad más o menos. Encima ponemos un poco de sal, un poco de orégano, la mitad del chile que hayamos elegido (en caso de haberlo decidido ponerlo) y una hoja de laurel, y seguimos añadiendo cebolla hasta llegar a la parte superior del tarro. Volvemos a poner sal, orégano, el resto del chile y otra hoja de laurel.

Ahora vertemos por encima el zumo de limón, el de naranja y lo que falte hasta cubrir la cebolla, con vinagre blanco.

A la izquierda, cebolla sin chile, y a la derecha, con jalapeños.

Las cantidades de cada uno de los líquidos las puedes modificar, e incluso quitar alguno, solo es cuestión de experimentar.

Cerramos el tarro, le damos un par de vueltas para que se mezcle todo bien, y lo metemos al frigo durante mínimo 1 día, si son 2, mejor.

Pasado este tiempo veremos cómo la cebolla ha cambiado su color por un rosa intenso, y podremos emplearla como más nos guste.

Si os gustan los encurtidos, este seguro que os encantará.

martes, 19 de mayo de 2020

(Receta Vegetariana) Tarta de cebollas agridulce



El cocinero británico Jamie Oliver estrenó no hace mucho una serie en Canal Cocina llamada «Jamie Oliver Veg», en la que como se puede deducir por el nombre, comparte recetas vegetarianas. Muchas de estas recetas son cuando menos sorprendentes y las hay de todos los países imaginables, países que visita, allí las aprende y luego crea sus propias versiones.

Pues bien, este fin de semana compartió una receta que a la par que sencilla, me pareció alucinante, mas que nada por la sencillez de los ingredientes: tarta de cebollas agridulce. Y aprovechando que tenía una placa de hojaldre en el frigo, además del resto de ingredientes, quise probarla.

Ingredientes (para 3-4 personas):

  • 3 Cebollas medianas
  • 4 cs de Azúcar moreno
  • 2-3 cs de Vinagre de sidra
  • 8 Dientes de ajo
  • 1 Placa de hojaldre
  • 50 gr. de Mantequilla
  • 100 ml. de Agua
  • Sal 
  • Laurel y tomillo (si el tomillo es fresco, mejor)
Preparación:

Vamos a necesitar una sartén con cierta profundidad y que además podamos meter en el horno, o sea, que el mango ha de ser metálico.

Lo primero de todo es poner en la sartén los 50 gr. de mantequilla, y cuando se haya derretido, añadiremos el tomillo y el laurel y removeremos durante 30 segundos. Ahora incorporamos el azúcar moreno, y mezclaremos bien con el resto.

Nota: la receta original llevaba más azúcar moreno, y me resultó demasiado dulzona, así que aconsejo rebajar el azúcar a la mitad: 2 cucharadas soperas.

Cuando el azúcar se haya diluido con la mantequilla, añadimos el vinagre, mezclamos y ponemos también el agua, 100 ml.

Colocamos las cebollas, previamente peladas y cortadas por la mitad con la parte mas ancha hacia abajo, en contacto con la salsa. Ponemos sal al gusto y los 8 dientes de ajo pelados y cortados transversalmente por la mitad (a lo largo) en los huecos entre las cebollas, y tapamos la sartén con una tapadera para que las cebollas se cocinen ayudándose del vapor. Las tendremos así durante 10 - 15 minutos, removiendo de vez en cuando,  moviendo la sartén. A partir de aquí estad atentos al olor que desprende la sartén, porque es increíble.

Sacamos el hojaldre de su paquete, lo desenrollamos y lo colocamos encima de las cebollas, que ya estarán bastante tiernas, remetiendo los lados sin hundir en exceso hacia abajo, simplemente remetidas.

Ahora, metemos la sartén al horno, a 220º calor arriba y abajo, durante 35 minutos aproximádamente. Este tiempo depende de cada horno, pero cuando veas que el hojaldre está dorado, es que está listo.

Aspecto del hojaldre tras 35 minutos en el horno.
Sacamos la sartén del horno, y con mucho cuidado de no quemarnos, colocamos un plato grande encima de la sartén y le damos la vuelta, y listo.

Espectacular, con un contraste agridulce que sorprende.
Dejar que se temple unos minutos, y servir.

miércoles, 25 de marzo de 2020

(Receta Familiar) Alcachofas fritas


Ayer, al salir del trabajo y aprovechando que volvía a casa (y sabiendo que siendo las 3 de la tarde no iba a tener que hacer colas para entrar) hice una parada en el supermercado de al lado de casa para comprar un par de cosas. 

Al pasar por la sección de frutas y verduras en busca de unos tomates, me topé con unas alcachofas que tenían una pinta bestial, y recordé la forma en que mi madre las preparaba. Así que cogí un puñado con la intención de hacerlas por la noche.

La receta no puede ser mas sencilla y rápida, y encima comerlas así es como comer pipas, empiezas y no puedes parar: simplemente hay que freírlas. Si, así de fácil. En casa no solemos hacer fritos, de hecho, no tenemos freidora, pero de vez en cuando hay que darse un gusto con, por ejemplo, unas patatas fritas, o unos filetes de pollo empanados, o como en este caso, unas alcachofas fritas.

Esta receta tiene poco misterio, o ninguno, y según he podido ver por ahí, hay quien las prepara de diferentes maneras, pero os aseguro que no hace falta nada, mas que aceite, alcachofas y sal para hacerlas. 

Ingredientes (para 3 personas):

  • 7 - 8 Alcachofas medianas
  • Aceite de girasol para freír
  • Sal
Preparación:


No hay mucho misterio, y quizás en eso radica la gracia de esta receta, solo hay que tener en cuenta un par de detalles. Uno de ellos es que una vez empecemos a pelarlas, no podemos dormirnos en los laureles, ya que se empezarán a poner negras rápidamente.

Como el proceso es rápido, en este punto ponemos una sartén con abundante aceite de girasol a fuego fuerte.

Lo primero que debemos hacer es quitar las hojas exteriores, las que están mas secas, y las que salen del tallo. Luego, cortamos el tallo, y la parte superior de la alcachofa, lo que son las puntas de las hojas restantes. Estas puntas, las tiramos, pero los tallos, los pelamos y los reservamos.


Deberán quedar como se puede ver en la imagen, los tallos pelados y cortados por la mitad (en la foto todavía no los había cortado), y las alcachofas cortadas en cuartos. En cuanto el aceite esté bien caliente, vamos echando las alcachofas y los tallos, y los removemos cada poco con una rasera o espumadera, y se empezarán a dorar. Y vamos preparando un plato en el que pondremos un par de hojas de papel absorbente de cocina.


En cuanto veamos que están bien doradas, como se puede ver en la foto de abajo, las vamos sacando con la rasera, escurrimos bien todo el aceite que podamos y las vamos colocando en el plato sobre el papel absorbente.


Y conforme las vayamos colocando en el plato, ponemos por encima un poco de sal, a ser posible, gorda, pero si no, de la normal de cocina, no hay problema.

En cuanto las tengamos todas fuera, no conviene dejarlas enfriar mucho, porque perderían el crujiente. La forma de comerlas es arrancando las hojas exteriores, y mordiendo la parte blanda (dejando el resto), y el centro, que estará tierno y jugoso, lo comeremos tal cual, de un bocado.

Si las probáis, os aseguro que repetiréis. 

martes, 17 de marzo de 2020

(Receta Vegetariana) Curry de garbanzos con puré de patatas



Aunque actualmente en casa no seguimos ninguna dieta vegetariana, nos gusta prepararcon frecuencia recetas a base de verduras sin carnes ni pescados (añadiendo legumbres), o bien platos con bastantes verduras aunque vayan acompañados de carne o pescado. Así nos aseguramos añadir las verduras necesarias. Para hoy he preparado este curry de garbanzos con puré de patatas que no ha salido nada mal.

El único ingrediente que se puede salir de lo normal es la pasta de curry, de la que ya hablé en esta entrada, así que si quieres saber mas sobre dicho ingrediente, pásate por el enlace.

Ingredientes (para 4 personas):

  • 1 bote grande de Garbanzos cocidos
  • 1/2 Calabacín
  • 1 Cebolla mediana
  • 1 Pimientos verde
  • 1 Pimiento rojo
  • 4 dientes de Ajo
  • 200 gr. de Salsa de tomate (a ser posible, casera)
  • 1 cc de Pasta de curry rojo
  • 1 cc de Curry en polvo
  • Agua
  • Sal y pimienta
Preparación:

En una olla ponemos un poco de AOVE y los ajos pelados y partidos por la mitad, y dejamos que se vayan dorando.

Añadimos la cebolla picada y sofreímos junto a los ajos. Cuando esté a medio sofreír, añadimos los pimientos rojo y verde cortados en tiras, salamos al gusto y dejamos que se vayan haciendo unos 5 minutos.

Ponemos la cucharadita de curry en polvo, mezclamos y añadimos el tomate frito, removemos e incorporamos los garbanzos que habremos lavado un poco bajo el grifo, cubrimos con agua y añadimos la pasta de curry rojo. Removemos y ponemos a fuego medio-bajo.

Mientras, preparamos nuestro puré de patatas, ya sea cociendo las patatas para luego machacarlas, o bien con un sobre de puré de patatas. Yo he utilizado la segunda opción, y he añadido al puré una vez estaba hecho un poco de comino en polvo, pimienta negra molida y 1 cucharada sopera de mantequilla. Opcionalmente le puedes añadir algún fruto seco picado, como nueces.

A la hora de emplatar, ponemos en el plato una base de puré de patatas, y encima, el curry de garbanzos, y estará listo para comer. Un plato sencillo, rápido y que encima está de escándalo.

Si quieres ver mis otras recetas con curry, aquí tienes algunas:


jueves, 5 de diciembre de 2019

(Receta Vegetariana) Curry tailandés de verduras y tofu


Tras aquella temporada de casi un año en la que decidimos probar una dieta vegetariana en casa, llegamos a la conclusión de que era muy sacrificado mantener una dieta así. Así que, era eso, o comer en muchas ocasiones a base de productos vegetarianos de supermercado tipo hamburguesas, hummus, tortillas sin huevo y similares. Y sinceramente, sabiendo que muchos de estos platos son igual de poco saludables que cualquier alimento procesado no vegetariano, decidimos flexibilizar la dieta para evitar pasar las horas que pasábamos en la cocina. Ahora, cuando disponemos de tiempo, nos ponemos a elaborar (con todo el gusto del mundo, y sin estrés) alguna que otra receta, como la de hoy.

Este plato es vegetariano, como decía, y además ideal para los fríos días de invierno: un curry tailandés. Se trata de una especie de sopa cuya base líquida suele ser la leche de coco, y que incorpora pasta de curry, verduras, carnes, pescados, tofu... En esta ocasión he usado únicamente vegetales, pasta de curry verde y tofu duro.

La pasta de curry es muy sencilla de encontrar hoy día, y se trata de un producto típico de Tailandia. Hay tres tipos, cada una con su propio sabor y personalidad:

  • Curry verde (Gaeg Keowwan): su color proviene de unos chiles picantes verdes y es ideal para platos con carnes suaves o verduras.
  • Curry amarillo (Gaeng Karee): es el que más se parece al curry de origen indio que todos conocemos, quizás por el color, y también tiene un punto picante y se suele usar con pollo, arroz y verduras.
  • Curry rojo (Gaeng Dang): el color rojo se lo debe a unos chiles secos tailandeses de ese color, y es el mas potente de los tres, lo que lo convierte en la pareja perfecta de las carnes mas fuertes, como el cerdo y el vacuno.
Pasta de curry rojo y verde.

Valores nutricionales de ambos currys.

Para esta receta, usaremos pasta de curry verde.

Ingredientes (para 3-4 personas):


  • 1 Lata de Leche de coco (400 ml. aprox.)
  • 1 cs Pasta curry verde
  • 1 Zanahoria
  • 250 gr. Tofu duro
  • 150 gr. Brócoli o bímini
  • 1 Cebolla pequeña
  • 1 Puerro
  • 1 cs Azúcar moreno
  • 1 cs Salsa de soja fuerte
  • Aceite de girasol
  • Sal
  • Pimienta
Preparación:

Necesitamos un wok para la elaboración de este curry, pero en el caso de que no dispongas de uno, utiliza una sartén de buen tamaño.

Lo primero es trocear la cebolla muy fina, la zanahoria en rodajas, el puerro a lo largo por la mitad, y luego en trozos, y el bímini o brócoli en trozos no muy grandes.

En este punto quiero aclarar que podéis usar tantas verduras como queráis, no tienen porqué ser las que yo especifico aquí, ya que se trata de un plato que se presta a ello.

Ponemos el wok a fuego fuerte, al máximo, con un chorreón de aceite de girasol. Cuando el aceite empiece a humear, añadimos la cebolla, la zanahoria, el puerro y el bímini o brócoli. Añadimos sal y pimienta y removemos constantemente, hasta que las verduras empiecen a dorarse y cojan color.

En este punto, sacamos las verduras bien escurridas a un bol, y las reservamos para mas adelante.

En el wok, dejamos un mínimo de aceite, y añadimos la leche de coco y aproximadamente 200 ml. de agua, y la pasta de curry verde. Removemos bien para que la pasta se deshaga se mezcle, y dejamos al fuego durante 5 minutos.

Añadimos las verduras que teníamos en el cuenco y el tofu en cuadraditos y removemos bien. Por último, incorporamos la cucharada de soja y la cucharada de azúcar moreno o azúcar de caña o similar.

Dejamos que hierva durante 10 minutos, hasta que al pinchar las verduras veamos que están tiernas. En el momento que esté lista, servir caliente y a disfrutar de un buen curry tailandés.


jueves, 4 de julio de 2019

(Receta) Arroz de acompañamiento al estilo portugués


Esta es la siguiente receta del menú, la que acompañaba al Bacalao com natas que compartí ayer, a falta de la de las Empanadillas de pollo al curry que seguramente quede publicada mañana, que ya está publicada.

En Portugal, uno de los acompañamientos básicos de muchos platos es el arroz, cocinado de múltiples formas, pero en su versión mas sencilla podemos encontrar elaboraciones de este tipo, y aunque parezca algo sencillo a priori, no me resultó nada fácil preparar en casa un arroz blanco con una textura y sabor parecido al que allí habíamos probado. Al final, el que la sigue la consigue, y después de unas cuantas pruebas basándome en una receta en portugués que encontré, dí con la versión más parecida.

El truco está en utilizar para la cocción caldo, ya sea de pollo o de verduras, en lugar de agua, o al menos, dos tercios del total del líquido necesario en forma de caldo, y el tercio restante, de agua.

Aunque voy a poner las medidas en gramos, originalmente las preparo basándome en el volumen, como se ha hecho siempre con el arroz, es decir, por cada medida de arroz, tres de líquido. En este caso, tanto los gramos de arroz como de caldo o agua, corresponden a TRES MEDIDAS de cada uno de ellos.

Vamos a ello.

Ingredientes (para 6 personas):


  • 435 gr. de Arroz blanco (yo uso de grano largo) 
  • 495 gr. de Caldo de verduras o pollo
  • 2 Zanahorias
  • Sal y pimienta
  • 1 cs de Margarina vegetal o Mantequilla
Preparación:

Para preparar arroces sencillos siempre utilizo la olla express para el microondas de la que hablé aquí, pero en caso de no tener una, puedes cocinarlo en una olla normal de la forma en que habitualmente lo hagas.

En la olla para el microondas ponemos todos los ingredientes, con la zanahoria previamente rayada. Como decía al principio, si no quieres usar el 100% del líquido en forma de caldo, puedes poner un tercio de agua, por ejemplo, y el resto de caldo.

Tapamos y cocinamos en el microondas, con la válvula cerrada durante 15 minutos, o en el fuego de la manera habitual.

Pasados los 15 minutos, sacamos la olla del microondas, destapamos y removemos para comprobar que el arroz esté en su punto. Si estuviese entero, lo metemos otro minuto y volvemos a hacer la misma comprobación, hasta que consideremos que está ok. Una vez esté cocido, removemos un poco y volvemos a cerrar la olla, dejando reposar durante 5 minutos con la válvula abierta, fuera del microondas.


Tras estos 5 minutos de reposo, abrimos y añadimos la mantequilla o la margarina vegetal y removemos bien para que se mezcle homogéneamente. El arroz se soltará si quedó algo pegado y cogerá un bonito brillo gracias a la mantequilla o margarina.

En este punto, estará listo para servir, o si lo prefieres, lo puedes dejar enfriar y conservarlo en el frigo, bien cerrado en un recipiente hermético, donde se mantendrá en perfectas condiciones durante 3 o 4 días.

martes, 14 de mayo de 2019

(miniReceta) Patatas rápidas salteadas con ajo y perejil

Esto que estáis viendo es una mini entrada, porque últimamente ando escaso de tiempo y antes que no publicar o publicar de higos a brevas, he decidido escribir estas entradas rápidas.

Estreno sección con una receta muy sencilla que sirve de acompañamiento perfecto para muchos platos y que se prepara en menos de lo que canta un gallo.

Ingredientes: patatas, aceite de oliva extra virgen, sal, ajo picado y perejil picado.

  1. Abrimos una cerveza.
  2. Pelamos unas patatas y las troceamos en trozos de un bocado.
  3. Las metemos en una bolsa de plástico ligeramente mojadas. Cerramos la bolsa con un nudo y la pinchamos por un par de sitios con un cuchillo.
  4. Al microondas un par de minutos a máxima potencia. Abrimos el microondas, y sin sacar la bolsa, pinchamos con un cuchillo para ver si están listas. Con dos minutos no lo estarán casi seguro (a no ser que sea muy poca cantidad), así que las ponemos otro minuto, hasta que al pincharlas estén. Si no, otros 30 segundos más.
  5. Ponemos una sartén a fuego medio, con un chorreón de aceite de oliva.
  6. Abrimos la bolsa con cuidado de no quemarnos con el vapor y echamos las patatas en la sartén, con el aceite frío para que no salten. Ponemos un poco de sal.
  7. Removemos hasta que empiecen a dorarse.
  8. Ahora añadimos los ajos picados, y seguimos removiendo hasta que los ajos se hayan dorado.
  9. Apartamos del fuego y añadimos perejil picado al gusto, removemos de nuevo, y al plato.
Y listo. Más rápido imposible, y sirve para acompañar un montón de platos.

Salud!

Nota: el paso 1 es imprescindible, si te lo saltas, la receta no sale bien 😁😁😁

lunes, 25 de febrero de 2019

(Receta) Chucrut, también conocido como col fermentada



Es curioso como hay determinadas situaciones o detalles ínfimos (no hablo lógicamente de sucesos importantes) que quedan guardados a fuego en nuestra cabeza y por mas años que pasen, no se olvidan, aunque solo hayan ocurrido una sola vez. Una de esas cosas que han quedado guardadas en mi memoria desde que sucediera 25 años atrás, es una hamburguesa. Si, una hamburguesa, tal como suena. Bueno, en realidad la hamburguesa era el contenedor de lo que realmente recuerdo de aquella ocasión.

En Granada había una cervecería alemana en la Calle Elvira, regentada como no, por un alemán de corazón sincero, y bastante peculiar. En una de las ocasiones que fuimos a tomar algo allí, mi mujer pidió una clara con limón, y el alemán casi nos echa del local, no sin antes comunicarnos muy enfadado que «aquí SOLO se sirve cerveza, ni refrescos ni inventos raros».

Pues fue en ese local donde unos años antes pedimos una hamburguesa que al final nada tuvo que ver con las hamburguesas a las que estamos acostumbrados hoy, cargadas con toda clase de complementos. Aquella estaba compuesta simple y llánamente por la carne, el queso, y ...sauerkraut, o lo que es lo mismo: chucrut. He de decir que cuando el almeán de corazón sincero nos informó que el chucrut era col fermentada, un acompañamiento típico de su pais, tuvimos cierto recelo, pero como nos juró y perjuró que no podíamos irnos sin probar aquella "delicia", dejamos de lado ese miedo a lo desconocido, nos armamos de valor, y la pedimos.

Esta es la definición de chucrut:

Chucrut / Sauerkraut: fermento láctico resultado de las hojas de col o repollo que se produce en una salmuera con los propios jugos de la col

Básicamente es eso, col fermentada; no podía ser mas sencillo.

Pues bien, el otro día se me ocurrió preparar varias combinaciones después de ver un par de vídeos donde explicaban el método para prepararlo, y no como digo, no podía ser mas sencillo. Vamos a ello:

Ingredientes:


  • 1/2 Col cortada en juliana
  • Agua 
  • Sal
  • Clavo en grano, semillas de cilanto y zanahoria rallada
  • Zanahoria rayada, pimienta en grano y laurel
  • Pera
Preparación:

Con estas cantidades me salieron los tres tarros que se pueden ver en la foto principal (son los tarros grandes donde vienen los garbanzos cocidos).

He aprovechado para hacer tres combinaciones diferentes: uno con zanahoria rayada, clavo en grano y semillas de cilantro, otro con zanahoria rayada pimienta en grano y laurel, y el último, sólo col y pera. Podeis ponerle lo que mas os apetezca, tanto de especias como de añadidos, ya que el chucrut lo admite casi todo.

Respecto a la sal, inicialmente necesitaremos alrededor de 20 gr. por cada kilo de col, pero luego nos hará falta algo mas para la salmuera.


Una vez picada en juliana la col (tenemos que dejar varias hojas enteras para el final), la vamos poniendo en un bol grande de la siguiente manera: capa de col, un poco de sal, capa de col, sal, y así hasta terminar. Ahora toca dejarlo reposar un rato, y veremos que la col empieza a soltar sus jugos.


Es el momento de apretar y estrujar bien la col para que siga soltando líquidos. Podemos tener la col varias horas así, haciendo de vez en cuando lo de "apretar y estrujar".

Como se trata de un fermento natural, esterilicé  los tarros para evitar posibles visitas de bacterias de las malotas.

Ha llegado el momento de rellenar los tarros con la col, y el resto de extras, en cada tarro lo suyo. Vamos metiendola y apretando bien hacia abajo. Se supone que con los jugos resultantes de la col debería haber suficiente para cubrir los tres tarros, pero mucho me temo que debido a los tratamientos artificiales de las verduras que compramos en el super, éstas sueltan mucho menos líquido...

Como nos faltará líquido, hacemos una salmuera con agua, en la proporción de 15 gr. de sal por litro de agua. Hacemos la cantidad que estimemos que será suficiente para rellenar los tarros.

Rellenamos con el agua hasta cubrir la col, y ponemos un trozo de hoja de las que teníamos reservadas en la parte superior de cada tarro a modo de tapadera. Cerramos, y las colocamos en un lugar oscuro y fresco.

Se puede tener fermentando entre 4 y 8 semanas, pero a partir de los 7-10 días ya debería poderse comer. Se utiliza como acompañamiento o guarnición de casi todo, carnes, pescados, etc... y por supuesto, en hamburguesa ;-P

Salud!

martes, 19 de febrero de 2019

(Receta) Tomates cherry en conserva


En la entrada «El arte de embotar conservas» explicaba el método que usamos en casa a la hora de preparar este tipo de alimentos, y hemos estado experimentando con diferentes productos. Además, ya parece que le vamos cogiendo el punto. El mayor problema que hemos tenido hasta la fecha ha sido con la cocción, ya que en algunas ocasiones, algunos tarros no sellaban bien. Pero como con todo, a base de equivocarse se termina por aprender.

En esta ocasión queríamos conservar unos tomates cherry que nos dieron, pero no en forma de salsa de tomate, sino manteniéndolos enteros.

Con el fin de probar dos recetas distintas y así poder comprobar las diferencias entre ambas para ver cual nos gustaba mas, hicimos dos experimentos, uno mi mujer, y otro yo.

METODO 1 (EL MIO)

Ingredientes:


  • 500 gr.de Tomates cherry
  • 1/2 Chalota por tarro
  • 300 gr. de Agua
  • 150 gr. de Vinagre de Sidra
  • 65 gr. de Azúcar
  • 6 gr. de Sal
  • Romero, orégano, tomillo y pimienta en grano
Preparación:

Lo primero es limpiar bien los tarros que hayamos calculado que vamos a necesitar. Yo recomendaría no utilizar tarros muy grandes.

Lavamos los tomates muy bien, sin necesidad de quitarles el rabito y llenamos los tarros con los tomates procurando dejar un par de cm. libres.

En una olla ponemos el agua, el vinagre, la sal y el azúcar y dejamos hasta que empiece a hervir.

En cada tarro ponemos la media chalota, el romero, el tomillo, el orégano y la pimienta en grano (de ésta última 1 cc (cucharadita de café) aproximadamente).

Ahora vamos llenando cada bote con la mezcla del agua y el vinagre hasta cubrir los tomates y cerramos los tarros asegurándonos que están bien cerrados.

El método de embotar es el mismo para estas dos recetas, lo tenéis aquí.

METODO 2 (EL DE MI MUJER)

Ingredientes:


  • 500 gr.de Tomates Cherry
  • Azúcar
  • Sal
  • Albahaca
Preparación:

Lavar bien los tomates, sin quitar los rabitos, y pincharlos con un tenedor.

Llenar los tarros, y añadir en cada uno de ellos albahaca al gusto, 1 cc (cucharadita de café) de sal y 1 cc de azúcar.

Cerrar los tarros bien y embotar siguiendo el mismo sistema de siempre, lo tenéis aquí.

Como podeís comprobar, son dos formas bastante distintas de preparar dicha conserva, y tras abrirlas y probarlas ambas, las conclusiones son las siguientes:

Lo que siento es no poder poner una foto de la conserva en cuestión, pero debido a un accidente perdí dichas imágenes. En la foto de cabecera, el primer tarro por la izquierda son los tomates cherry.

RESULTADO

Pasado un tiempo, he abierto un tarro de cada una de las recetas y estas son las conclusiones. Los del método 1 están un poco mas enteros que los del método 2, ya que estos últimos están muy blandos. Respecto al sabor, ambos están buenos, cada uno con el sabor de las especias con las que se han preparado, y cualquiera de ellos se puede usar tanto en ensaladas (los del método 1, al llevar vinagre quedan algo mejor en las ensaladas) como en otro tipo de recetas. Eso si, ninguno conserva la entereza de los tomatitos al natural, pero en cualquiera de los casos, es un buen sistema para tener tomates cherry conservados.

martes, 15 de enero de 2019

Edamame, ¡un snack saludable!


No es la primera vez que echando un vistazo a la sección de verduras congeladas del Mercadona, me topo con una cosa llamada EDAMAME, y que además es una reciente incorporación a las estanterías de éste súper al precio de poco mas de 1 € la bolsa de 400 gr. Me llamaba principalmente la atención la frase "UN SNACK SALUDABLE" que aparece en grande en el frontal de la bolsa. 



Y por fín, el otro día decidimos probarlo. Para explicar un poco de que se trata, diré que son simple y llanamente VAINAS DE SOJA VERDE, y a primera vista me recordaron a las típicas habas que, junto con una salailla, se suelen comer en San Cecilio, el patrón de Granada, y que se celebra el 3 de Febrero.

Salaillas y habas típicas de San Cecilio, en Granada (foto tomada prestada de Internet)
Como digo, son muy parecidas a las habas, pero el EDAMAME es bastante mas pequeño. Al parecer, se trata de unas vainas que se recogen antes de que terminen de crecer, y son bastante populares en China, Japón, Corea y paises del estilo. 

Nutricionalmente son bastantes completas, ya que aportan magnesio, calcio, antioxidantes, una buena cantidad de fibra y proteínas, y además, ayudan a reducir los niveles del colesterol malo.


Por lo que pude comprobar, son extremadamente sencillas de preparar. La forma mas común es simplemente hirviéndolas en agua salada durante 3 minutos, tras los cuales las escurriremos para posteriormente salpimentarlos y estarán listas para comer. 

Pero buscando, encontré otra forma algo mas elaborada, y por tanto, supuse que mas suculenta, de cocinarlas, y ésta forma es la que voy a compartir.

Ingredientes (3 personas):

  • 200 gr.de Edamame congelado
  • 2 dientes de ajo
  • 1 o 2 guindillas de cayena 
  • Agua
  • Sal y pimienta
  • Aceite de oliva virgen extra
Preparación:

Ponemos una sartén al fuego junto con un chorreoncito de aceite de oliva. Añadimos los dos ajos laminados y la guindilla troceada. Saltearemos durante un par de minutos, con cuidado de que el ajo no se queme.

En ese momento, añadimos el adamame y lo removemos bien para mezclar los sabores con el ajo y la guindilla, hasta que pierdan el aspecto de congelados, lo que sucecerá en 3 o 4 minutos. Ponemos algo de sal.

Ahora incorporamos el agua, aproximadamente medio vaso, removemos bien y le ponemos una tapa a la sartén. Removemos de vez en cuando, hasta que al pinchar con un tenedor una vaina notemos que están blandas.


Si ha absorvido todo el agua, perfecto, si no, las pasamos por un escurridor, y de ahí a un plato, donde salpimentamos y estarán listas para comer.

Me llevé una gran sorpresa, ya que eran realmente lo que ponía en la bolsa, un snack, y además, con muy buen sabor, hasta tal punto que serian un perfecto acompañamiento para ver una peli en lugar de las tradicionales palomitas.

Probadlas y me contáis!

lunes, 28 de mayo de 2018

(Receta Vegetariana) Espárragos trigueros salteados con tomate y veganesa


Estoy casi seguro que la mayoría de vosotros consumís normalmente espárragos blancos de los que vienen en frasco de cristal o en lata, y que muy pocos os habéis aventurado a realizar alguna receta con los espárragos verdes (trigueros) de temporada. En mi caso no los había preparado nunca, y el otro día, aprovechando que los vi en el súper y que estaban en oferta, cogí un manojo para probar a ver que era capaz de hacer con ellos.

En realidad, he escrito esto después de hacer un par de pruebas. La primera, a la que me refiero más arriba, fue con unos espárragos mas gruesos, que curiosamente salieron mas tiernos que los que usé en la segunda prueba (son los que hay en la foto del post), que eran más finos. Seguramente eran mas fibrosos, y es por eso que algunos trozos inferiores quedaron algo mas duros Aún así, os animo a que probéis esta receta, sencilla y relativamente rápida de hacer.

Ingredientes (2 personas):

  • 1 manojo de Espárragos trigueros (aprox. 300 gr.)
  • 2 Tomates maduros
  • 2 cs de Veganesa (o de alioli en su defecto)
  • 1 chorreón de Vino blanco
  • Agua
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal y pimienta
Preparación:

Lo primero que hay que hacer es limpiar y cortar los espárragos, quitando la parte blanca inferior, y hacer trozos de 3 cm. aproximadamente. Mientras tanto, ponemos una cazuela al agua, hasta que hierva. en ese momento añadimos sal y metemos los espárragos troceados.

Los vamos a escaldar durante el tiempo necesario para que estén tiernos, pero sin pasarnos, no se vayan a deshacer. Tienen que estar al dente. Pinchando con un tenedor podremos averiguar el punto del que hablo. En ese momento, los sacamos a un colador, y los enfriamos bajo el chorro de agua fría del grifo, y los reservamos.

Ahora ponemos una sartén al fuego, con un poco de aceite de oliva. Cuando coja temperatura, añadimos los espárragos (bien escurridos) y salteamos durante 5 minutos, moviéndolos hasta que cojan un bonito color dorado.

Ahora es el momento de añadir el tomate troceado en cubitos, y seguimos salteando 3 o 4 minutos mas. Añadimos un chorreoncito de vino blanco y dejamos que reduzca. Ahora es el momento de salpimentar al gusto, y acto seguido, añadir un poco de agua, sin pasarnos, que no llegue a cubrirlos. Lo dejamos reducir hasta que apenas quede agua, y será el momento de añadir las dos cucharadas de veganesa, removiendo muy bien para que se mezcle todo, y retiramos del fuego.

Os recomiendo que, ya sea veganesa o mahonesa, lleve un poco de ajo, que es lo que le va a dar a la receta ese punto especial.

Este plato sorprende por su sencillez y facilidad de preparación. Se puede poner como acompañamiento de casi cualquier plato: carne, pescado, etc., así que las posibilidades son casi infinitas.

martes, 27 de marzo de 2018

(Receta Vegetariana) Muhammara: salsa siria de nueces y pimientos


La muhammara es una salsa para untar de origen sirio. Yo suelo usar este tipo de "untables" para bocadillos y sandwichs. El otro día, buscando alternativas para los bocatas que me llevo al trabajo, dí con esta receta y me llamó la atención por los ingredientes y por la sencillez. Es del estilo del Hummus, una receta básica con alto contenido de proteínas vegetales, en este caso procedentes del garbanzo, y cuya receta puse en su día y que podéis leer pulsando aquí: (Recetas Vegetarianas) Hummus. Y lo que me gusta de este tipo de salsas es que lo puedes poner para picar en la mesa y va a gustar por igual a todos, sean o no vegetarianos.

Aunque originalmente parece ser picante, en este caso la preparé sin ningún tipo de éste último, y en casa sorprendió a todos por su sabor. Su preparación, como decía, es muy sencilla, y no son necesarios muchos ingredientes. Las cantidades son aproximadas, ya que se trata de ir jugando con ellas hasta encontrar un punto de espesor que permita untarlo.

Originalmente la salsa lleva pimientos asados, pero yo utilicé pimientos del piquillo.

Ingredientes:

  • 5 ó 6 Pimientos del piquillo (aprox. 85-90 gr.)
  • 40 gr. de Nueces
  • 30 gr. de Avena
  • 1/2 diente de Ajo (si se quiere mas fuerte, añadir el diente entero)
  • Sal
  • 25 gr. de Aceite de Oliva
  • 1 cs de zumo de Limón
Preparación:

Ponemos en un vaso de batir todos los ingredientes, y mezclamos bien con una cuchara para que no queden abajo los ingredientes secos. Batimos bien hasta conseguir una textura que permita untar bien la salsa. Si nos quedase un poco líquida, añadiremos un poco mas de avena y nueces, y si nos quedara espesa, solo tendremos que añadir algún pimiento mas hasta dar con la textura adecuada.

Se puede guardar en un tupper en el frigorífico durante varios días.

viernes, 26 de enero de 2018

(Receta Vegetariana) Hamburguesas de garbanzos


Tiempo atrás publiqué la receta vegetariana de las hamburguesas o albóndigas de lentejas, y ahora le toca el turno a las hamburguesas de garbanzo

Tras mucho tiempo probando distintas combinaciones de legumbres en busca de la hamburguesa vegana perfecta, he de decir que hasta la fecha, ésta es la mas gusta en casa. Tengo que añadir que no necesariamente la comemos en la forma típica de las burguer, es decir, en pan de hamburguesa con tomate, lechuga y todo lo demás. Una de nuestras cenas típicas es poner la hamburguesa (sin el pan, claro está) en un plato, y acompañarla de ensalada, alubias con tomate (tipo Heinz), patata cocida, verduras o lo que ese día apetezca.

Lo ideal es preparar una buena cantidad y tenerlas congeladas. En mi caso, les doy la forma con el típico aro metálico (o molde) de los que se usan en cocina para poner dentro lo que sea y que quede con forma de torre. A la hora de prepararlas, únicamente habrá que sacarlas del congelador y dejarlas descongelar ligeramente para cocinarlas a la plancha. 

Se trata de una receta muy sencilla y rápida de preparar, y a los niños les encanta. No se utilizan ingredientes extraños. La harina de avena la puedes comprar sin ir mas lejos en el propio Mercadona, pero si te da igual, puedes usar harina de trigo normal. En cuanto a la salsa de soja, yo siempre uso para cocinar la fuerte, en lugar de la suave, que es la que se usa para el sushi o para salsas ligeras.

Ingredientes (para 9 hamburguesas):

  • 500 gr. de Garbanzos cocidos
  • 1 Cebolla mediana
  • 2 Zanahorias medianas rayadas
  • 1 diente de Ajo grande o 2 pequeños
  • 1/2  Pimiento verde
  • 75-100 gr. de Pimientos rojos asados o de Piquillo
  • 100 gr. de Harina de avena (o de trigo)
  • Sal y pimienta
  • Comino
  • Salsa de soja fuerte
  • Aceite de oliva virgen extra
Preparación:

Vamos con la elaboración. En un bol grande, ponemos los garbanzos cocidos, y con la ayuda de un tenedor la vamos machancando, en busca de una textura no demasiado fina, pero que tampoco queden garbanzos enteros.

Cuando estén listos, añadimos la cebolla, el pimiento verde y el ajo picados muy finamente, y la zanahoria previamente rayada. Por último, picamos también muy finos los pimientos del piquillo y los añadimos al resto. Al principio, sofreía la verdura antes de añadirla, pero descubrí que quedaba mucho mejor si la ponía en crudo, y así lo hago desde entonces.

Salpimentamos, ponemos un poco de comino (como media cucharadita de café), un chorreoncito de salsa de soja fuerte (para darle color y un toque que la hará diferente) y mezclamos todo muy bien con ayuda de una cuchara o pala de madera.

Ahora es el momento de añadir la harina de avena poco a poco. He puesto 100 gramos, pero en realidad esa cantidad dependerá de como nos haya quedado de húmeda la masa. Hay que ir incorporando poco a poco harina e ir mezclándola con el resto. Cuando esté bien integrada, volvemos a añadir otro poco mas, así hasta tener una masa que no se pegue en las manos.


El siguiente y último paso es darles forma. Yo lo hago usando un molde circular metálico, de los que puedes encontrar en cualquier ferretería o chino. Cojo un poco de masa, la pongo dentro del molde y con una cuchara la voy adaptando, hasta tener una burguer de 1,5 cm. de grosos aproximadamente.

Si las vas a comer sobre la marcha, solo es cuestión de poner un poco de aceite de oliva en una sartén y dorarlas por ambos lados, hasta que estén bien hechas. Y si las vas a congelar, las pones en una superficie plana con film transparente (para que no se peguen al separarlas una vez congeladas) y las meto unas horas al congelador. Cuando estén listas, las despego del film y las apilo dentro de una bolsa de congelación, y al congelador de nuevo.

Recomiendo no descongelarlas del todo para hacerlas, ya que se pueden romper.

Espero que os gusten!

lunes, 15 de enero de 2018

(Receta Vegetariana) Tortilla de calabaza al curry


Ha pasado mas de un mes desde la última vez que publiqué algo, y es que entre el ajetreo de las Navidades y el trabajo, apenas he tenido tiempo de ponerme manos a la obra. 

Estreno el año con una nueva receta vegana, cuya base encontré y que he modificado a mi gusto, quedando bastante diferente a la original. Una tortilla bastante socorrida que además nos ha servido para terminar con una calabaza que teníamos en casa. Una última cosa, os recomendaría que la hagáis de un día para otro, por un motivo que mas adelante explicaré. ¡Al lío!.

Ingredientes (para 4-5 personas):

  • Aceite de oliva virgen extra
  • 1 kg. de Calabaza
  • 1 Cebolla mediana
  • 90 gr. de Harina de garbanzo
  • 150 gr. de Agua
  • 1 cc Curry
  • Sal y pimienta
Preparación:

En este caso la calabaza la he asado en lugar de cocerla, para evitar más contenido de agua del que ya tiene de por sí. Para ello, ponemos papel de hornear en la bandeja, pintamos con un poco de aceite para que no se pegue la calabaza y preparamos rodajas de 1 cm. de grosor aproximadamente. Las disponemos en la bandeja del horno, y ponemos éste a precalentar a unos 200º, con calor arriba y abajo. Salpimentamos la calabazas y las volvemos a pintar con un poco de aceite.

Las metemos al horno, y tras 20 minutos aproximadamente, le damos la vuelta a las rodajas de calabaza para que se asen por la otra cara durante otros 20 minutos. Vamos pinchando hasta comprobar que están blandas, momento en el que las sacaremos del horno.

En una sartén, ponemos a pochar la cebolla picada con un poco de aceite. Mientras tanto, cogemos la calabaza y usando un colador robusto, la aplastamos para intentar sacarle el máximo de agua posible, y la vamos pasando a un bol, donde con un tenedor la vamos deshaciendo a nuestro gusto.

NOTA: se puede dejar en trozos, en lugar de desmenuzarla.

Cuando tengamos la calabaza lista y la cebolla esté bien pochada, añadimos el curry a la sartén, removemos durante un minuto y añadimos a la sartén la calabaza y lo rehogamos todo, mezclándolo bien. A mi me gusta añadir un poco mas de curry en este punto.

En otro bol, ponemos el agua, la harina de garbanzo y un poco de sal, y con ayuda de una varilla, mezclamos muy bien, hasta conseguir una especie de "crema", que será el sustituto del huevo para darle consistencia a nuestra tortilla.


Añadimos al bol la calabaza con la cebolla y mezclamos bien con la harina de garbanzo. Volvemos a poner la sartén a fuego bajo con un poco de aceite y ponemos la mezcla para que se vaya dorando. Es recomendable estar pendiente los primeros minutos al asunto para que no se pegue la tortilla. Cuando esté suelta, solo tendremos que dejarla dorar, para darle la vuelta cuando consideremos que es el momento.

Observaremos que la tortilla tiene una consistencia bastante endeble, pero no hay de que preocuparse. Cuando esté bien dorada, la sacamos a un plato y hay que dejarla enfriar, momento en el que cogerá esa consistencia que necesitaba. Os recomiendo que la preparéis de un día para otro.

El resultado final es una tortilla muy suave, donde el curry contrarresta el dulzor característico de la calabaza, y os puedo asegurar que difícilmente vais a notar el sabor a garbanzos procedente de la harina.

jueves, 5 de octubre de 2017

(Receta Vegetariana) Franky Pirámide de calabacín, carrueco y tofu


Esto es lo que podríamos llamar una receta de aprovechamiento. Echas mano de lo que tengas por casa, lo juntas, le pones un nombre llamativo y... ¡e voilá!. En casa, a este tipo de platos los hemos bautizado con un nombre genérico: Franky, ya que está hecho de partes que van quedando en el frigo de otras comidas. Que ves que tienes medio calabacín, un poco de carrueco de calabaza que sobró de la comida y algo de salsa de tomate frito casero que hay que gastar,  ¡pues te marcas un Franky para cenar!

Esta es una de las cosas que mas me ha flipado desde que empezamos con la dieta vegetariana, y es que se aprovecha todo, casi al 100%. Apenas se tira comida, no como antes, que continuamente teníamos que tirar cosas porque que se ponían malas o simplemente porque se te olvidaba que estaban en el frigo.

Ingredientes (para 3 personas):

Preparación:

Empezamos por hacer a la plancha las rodajas de calabacín cortadas finas, que si las haces muy gruesas queda un poco basto. Por otra parte, el tofu se desmenuza con las manos y se coloca en un cuenco.

Bueno, pues con todos los ingredientes a mano, vamos a ir montando el Franky. Ponemos una capa de calabacín en el plato, que cubra el fondo. Encima ponemos una capa fina de carrueco de calabaza, un poco de maíz, una cucharada de salsa de tomate frito y un poco de tofu como si fuese queso rayado.

Ahora colocamos otra capa de calabacín, pero un poco mas pequeña que la primera, y volvemos poner carrueco, maíz, salsa de tomate, y tofu. Otra capa algo mas pequeña de calabacín, repetimos con los mismos ingredientes y por fin, la última capa de calabacín, también mas pequeña, y encima, para finalizar, ponemos un poco de tomate, un poco de tofu alrededor, y encima de todo, una cucharadita de Veganesa.

Si quieres, puedes ponerlo a gratinar en el horno unos minutos, y si no, simplemente calentar al microondas y a comer.

Lo bueno de un Franky es que le puedes poner lo que tengas por casa. A mi en este caso me sobraba carrueco y fue lo que usé.

¡Poned un Franky en vuestra mesa!

miércoles, 27 de septiembre de 2017

(Receta Vegetariana) Tortilla de patatas sin huevo


Durante éste último mes el blog está un poco monotemático, prácticamente todas las entradas son sobre recetas vegetarianas que estoy probando. Tengo tal cantidad de ellas, que me resulta difícil ponerme con otros temas. Pero bueno, al fin y al cabo es información que considero interesante compartir. Ya vendrán tiempos mejores... o cuando menos, mas variados! :-P

Hoy traigo como invitado a un clásico de nuestra gastronomía: la tortilla de patatas. La verdad es que cuando me dijeron que se podía hacer sin huevo me costaba bastante creer que quedaría algo decente . A una receta tan sumamente sencilla y con solo 3 ingredientes, a cual mas básico, si le quitas uno de ellos es fácil que te la cargues. Pues va a ser que no. Aunque al principio nos costó cogerle el punto, después de haber hecho 3 ó 4, ya podemos decir que salen perfectas, y que no tienen nada que envidiar a las clásicas. 


La pregunta del millón es: ¿que ingrediente utilizamos como sustituto del huevo?. Pues muy sencillo, la harina de garbanzo. El truco está en las cantidades, ya que si te pasas, sabe demasiado a garbanzo, y ya no mola. La harina de garbanzo debe cumplir con la función de dar consistencia y aglutinar el resto de ingredientes, e intentar a la vez que no aporte mucho sabor. Pero no nos engañemos, que algo sí que sabe, aunque es un tema fácilmente solucionable al acompañarla, aunque solo sea de ensalada, y apenas se nota.

Ingredientes (para 4 personas):

  • Aceite de oliva virgen extra
  • 600-700 gramos de Patatas
  • 1/2 Cebolla grande o una mediana
  • 110 gr. de Harina de garbanzos 
  • 220 gr. de Agua
  • 1 taza de Agua (250 mililitros)
  • Sal al gusto
Preparación:

Lo primero de todo es pelar las patatas, lavarlas y hacer laminas finas, como de 2 ó 3 mm de grosor. La cebolla la cortamos muy picada, y la ponemos junto a la patata en un escurridor, donde les añadimos algo de sal.

La versión que nosotros hacemos es la ligera, donde las patatas no las freímos, sino que las cocemos junto con la cebolla. Para ello, ponemos un poco de aceite de oliva virgen extra en una sartén anti adherente a fuego fuerte, y ponemos la cebolla y las patatas, todo junto, durante unos minutos para que empiecen a dorarse, removiendo con frecuencia para que no se peguen. 

En ese punto, añadimos la taza de agua, no los 220 gr., solo los 250 ml. de la taza, removemos un poco, y tapamos la sarten. procurando remover con cuidado de vez en cuando para que no se peguen. En cuanto empiece a hervir, bajamos el fuego a la mitad y hay que dejar que se vayan cocinando, que estén blandas pero sin que se destrocen, moviéndolas con cuidado de vez en cuando.

Mientras tanto, en un bol grande, ponemos los 220 gr. de agua y los 110 gr. de harina de garbanzo, y los mezclamos bien con una varilla. Volvemos a añadir un poco de sal.

Cuando las patatas estén tiernas, las pasamos a un escurridor para quitarles el agua, y de ahí, lo añadimos junto a la harina de garbanzo con el agua. Las mezclamos bien, ponemos un poco de aceite a la sartén a fuego bajo (2 de 6, por ejemplo) y lo echamos todo. Aplanamos un poco por arriba y dejamos que se vaya haciendo. 

Conviene utilizar una paleta de plástico para ir separando un poco los bordes (en caso de que se pegaran), y en cuestión de unos minutos, la tortilla debería estar totalmente despegada. Miramos un poco por debajo, hasta que que haya cogido color, en ese punto, le damos la vuelta con un plato o un vuelve tortillas, y repetimos el mismo proceso. Le damos las vueltas necesarias para que se dore por ambas caras pero que no se queme, ¡ojo!, que quedaría muy seca.

Y ya está lista para comer, acompañada de lo que mas os guste: un poco de veganesa, salsa de tomate, etc..