Mr. Bean organiza sus vacaciones y decide visitar el sur de Francia, Cannes concrétamente, y con la finalidad de ir a la playa. Pero conociéndolo, el viaje será de lo mas atropellado. ¿Conseguirá al final llegar a su destino?
Lo de este cómico, Rowan Atkinson, es curioso. Hay gente a la que le cae como el culo de mal, no lo pueden ver ni en pintura, y luego estamos los que nos partimos el eje con las movidas en las que se mete y las ocurrencias que tiene.
Armado con una videocámara y con una perspectiva de las cosas un tanto "diferente", comienza su viaje en el que desde el principio ya se empieza a complicar la cosa. Como meterse en un restaurante de alto standing de marisco, donde por desconocimiento del idioma, acepta que le sirvan una bandeja con, entre otras cosas, ostras crudas. El resto se puede imaginar...
Por el camino, y debido a una de las suyas, deberá acompañar a un niño cuyo padre ha perdido el tren (ya podéis imaginar por culpa de quien), y se verá enredado en historias de todo tipo, como por ejemplo, en el rodaje de una película ambientada en la Segunda Guerra Mundial en un pueblecito alejado del mundo. Allí conocerá a una chica con la compartirá el resto de su aventura en busca de la playa en Cannes.
Te ríes a base de bien con esta peli, y si la ves con niños, si los tienes, mejor que mejor. Y si os gusta y no habeis visto los capítulos sueltos de su serie, son dignos de ver.
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