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lunes, 19 de diciembre de 2016

{Cine} Margin call (2011)


En una compañía de inversiónes, varios empleados son despedidos de manera fulminante, entre ellos un analista de riesgos que, al anunciarle su despedida intenta comunicar a quien lo hace que ha descubierto un problema derivado de un estudio que estaba realizando y que puede hacer peligrar la estabilidad de la empresa. Su intento resulta en vano, desembocando al final en una situación de emergencia que puede terminar en un desastre.

Desgraciadamente lo que se nos muestra en esta película es lo que hoy día podemos encontrar a menor escala en multitud de empresas. Tratar a los empleados como a simples números en las empresas nos convierte en carne de cañón. Así que cuando te despiden, no hay ningún factor humano en ese acto, si no puramente económico: has dejado de tener valor alguno dentro de dicha empresa. Triste pero cierto. A esta situación hemos llegado. Ya no se plantea la productividad de una persona, o su antigüedad en la empresa. Todo se resume a intereses económicos.

En la película, Eric Dale, uno de los trabajadores despedidos trabajaba en un estudio que no pudo terminar al despedirlo, pero que no presagiaba nada bueno. Cuando está saliendo de las instalaciones, le entrega a Peter Sullivan una memoria USB con los datos de su investigación, y le pide que lo continúe investigando.

Kevin Spacey, que interpreta a un jefe junior, y varios de sus subordinados se ven metidos de cabeza en una situación complicada. Esos datos resultan ser una bomba, ya que la empresa puede arruinarse, llegando a ser las pérdidas mayores que los activos de la compañía. Esto pone en jaque a toda la cúpula de la empresa, incluido al propietario (Jeremy Irons), que a lo largo de una noche muy larga, deberán tomar medidas, una de ellas, intentar localizar al empleado que inició el proyecto y que ahora no quiere saber nada de ellos.

Una película muy recomendable, ya que nos muestra la realidad a la que se enfrentan muchas compañías, aunque en este caso quizás esa realidad sea demasiado extrema.


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