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lunes, 10 de septiembre de 2018

Libros de texto: la estafa de todos los años


Un año mas ha llegado Septiembre, un mes marcado por tres hechos que se repiten año tras año:

  1. Salen a la venta los coleccionables en fascículos en los quioscos.
  2. Empieza el colegio.
  3. Mosqueo, y de los buenos, por culpa del punto 2.
Como ya habrás imaginado, el tema de los fascículos, aunque apasionante, no va a ser el tema central de este artículo, sino que el ganador es el punto número 3.

Y que mejor forma de comenzar que con una noticia que apareció hace un par de días en casi todos los medios: en España hay mas de 10.000 libros de texto diferentes. Así como suena, ¡mas de 10.000 libros distintos, y este número abarca desde educación infantil hasta el instituto. No hay por donde coger el asunto. Se trata, simplemente, de una forma más de engañar y estafar al ciudadano de a pie y sacar tajada a toda costa, con en tantas otras cosas.

He de decir que en casa, éste es el tercer año que compramos los libros de texto de segunda mano para nuestra hija, que va a empezar 5º de secundaria, al igual que intentamos vender los que utilizó el año anterior. Y esto lo hacemos no porque no podamos permitirnos comprarlos nuevos, que podríamos (con el esfuerzo que supone y el apretón de cinturón correspondiente), sino porque personalmente me he cansado de que me engañen y pagar cifras astronómicas por unos libros que aunque no gratis, deberían estar becados de alguna manera. Pero claro, si esto fuese así, habría muchos "organismos" y "empresas" que dejarían de embolsarse un buen puñado de euros. 

Por lo tanto les conviene no solo seguir con este sistema, sino que lo van perfeccionando año tras año para que al final terminemos pagando entre 300 y 400 euros en libros para niños que cursan educación primaria y secundaria. Por mi parte entendería un gasto así en los libros del instituto, que son bastante más especializados, pero no en el caso de un chaval que va a primaria.

Y como consiguen llevarnos a este punto año tras año?:

  1. Obligando a los niños a utilizar los libros de forma que no puedan ser reutilizados después, en el caso de primaria, haciendo recortes en los mismos, o en cursos posteriores escribiendo con bolígrafo, por poner un par de ejemplos.
  2. Haciendo modificaciones absurdas en los textos de un año para otro con la finalidad de obligarte a tener que comprar la nueva edición.
¿Y quienes permiten estas estafas encubiertas y totalmente legales?, pues la respuesta es: TODOS LOS IMPLICADOS EN LA CADENA. Y volvemos a la noticia del principio: ¿como es posible que siendo 17 comunidades autónomas más 2 ciudades autónomas (Ceuta y Melilla), haya mas de 10.000 libros diferentes?. ¿Tan descabellada sería la idea de que en toda España tuviéramos los mismos libros para todos y aparte un libro específico para cada autonomía?. De descabellado no tendría nada, pero serían muchos los perjudicados económicamente, así que no interesa.

Llevo mucho tiempo diciendo que una de las cosas que está llevando a este país al desastre y a la pobreza son las autonomías. ¿Como es posible que haya tratamientos médicos que en unas CC.AA. estén cubiertas y en otras no? ¿Cuanto nos cuesta a los españoles mantener todas las juntas, parlamentos y resto de organizaciones autonómicas que hay?.

Siguiendo con el tema de los libros y las posibles soluciones, hay países donde los alumnos acuden a clase con una tablet, y los libros de texto son digitales. A mi no me importaría pagar 100 euros, por ejemplo, por el acceso a este tipo de libros, porque no se trata de no pagar, sino de que no nos engañen.

El año pasado nos denegaron la beca de ayuda a los libros, y eso que nuestros sueldos son de lo mas normal, así que este año nisiquiera nos hemos molestado en pedirla, luego entonces, ¿a quien van a parar esas becas?.

Bajo mi punto de vista, los primeros que tendrían que tomar cartas en el asunto serían las asociaciones de padres, y los propios colegios, pero mucho me temo que ninguno de los dos son, ni representan, lo que en otros tiempos fueron. En lo que a mi respecta y mientras esté en mi mano, seguiré comprando y vendiendo los libros de texto de segunda mano, aun a pesar de que los Ayuntamientos cada vez lo ponen más difícil, prohibiendo los mercadillos de libros de texto usados y enviando a la Policía Local para cerrarlos cuando tienen conocimiento de alguno, pero siempre habrá maneras de hacerlo.

Y lo haré porque en mi dinero y en mi hambre mando yo, y siempre preferiré gastar ese dinero que me ahorre en ropa para el colegio, o en libros de lectura, o que leches, para irnos a cenar en familia, o lo que en resumen, me apetezca...

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