Esta es la madre de todas las cervezas rubias típicas que solemos beber, las denominadas como PILSNER, PILSEN o PILSENER. Y es checa.
Allá por 1838, los vecinos de la ciudad checa de PLZEN (Pilsen) se cansaron de la mala calidad de la cerveza que existía y decidieron unirse para crear una nueva. En aquella época la cerveza era oscura y turbia. La que creó esta asociación de ciudadanos en 1842 era rubia, de un dorado que llamaba la atención y se podía servir en jarras transparentes y así poder admirar ese color hasta entonces desconocido. Y se elaboraba con Saaz, una variedad de lúpulo local.
Tal fue el éxito, que hubo muchas imitaciones, y los fabricantes las llamaban PILSNER, aunque no se hubieran fabricado en esa ciudad. Por eso, añadieron al nombre, URQUELL, que significa "fuente originaria", para diferenciarla del resto y dejar clara su hegemonía.
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