Cuatro amigos de la infancia tienen por costumbre ponerse a prueba los unos a los otros con apuestas un tanto arriesgadas, hasta que una de ellas se va de las manos a Nacho. A partir de ese momento dejan de verse, hasta que años después los otros tres, Santi, Diego y Víctor son avisados para acudir al funeral de Nacho.
Durante el entierro son informados por el abogado de Nacho, que éste, antes de morir decidió proponerles una ultima apuesta: aquel de los tres que logre acumular una mayor audiencia en televisión hasta final del año, recibirá la herencia de Nacho, nada mas y nada menos que 17 millones de euros.
Esto hará que la amistad que los une se vea en peligro.
Bueno, para empezar, decir que Ernesto Alterio (Diego) no es santo de mi devoción, me parece un actor muy simple, pero claro, para gustos... A Diego Martín (Santi) lo recordaréis como el dueño del videoclub en «Aquí no hay quien viva», y es como si lo estuviera viendo en la susodicha serie, ya que parece el mismo papel. Hace el papel de un tío un tanto superficial y un pelín borde que vive con su madre. Del resto del reparto, poco tengo que añadir. Bueno, si... No me gusta nada (en ningún sentido) Goya Toledo, que hace de novia de Diego, y que va buscando ganar la millonada a toda costa, cueste lo que cueste.
La película tiene algunos puntos graciosos, pero en general, no deja de ser bastante simple. Me hizo gracia la parte en la que Diego entra en Gran Hermano y como la termina liando, y aparte de eso, alguno que otro punto, como el de Víctor con Ferrita (emulando las peripecias de Farruquito al volante), pero poco más.
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