Hoy voy a hablar de una de las cervezas que seguramente más gente ha probado, y si no la ha probado, seguro que ha oído hablar de ella. No creo que haya un supermercado que no la tenga, así que es muy accesible y también bastante económica.
Es lo que podríamos llamar una cerveza peligrosa, ya que con su 8,5% de ABV, es de las que tras tomarte un par, te deja con el culo pegado a la silla.
Si consultáis la etiqueta «BIRRAS DEL SÚPER» podréis ver todas las entradas que vaya escribiendo sobre el tema.
Tiene su origen en Bélgica (¡vaya, otra belga!, por algo será, ¿no? jeje), en la cervecería Saint Michel de Waarloos. Es una cerveza rubia de alta fermentación (Ale), dorada y casi cristalina que a priori asemeja a una lager por el aspecto, pero nada mas lejos de la realidad. Después de pasar a botella, se produce una segunda fermentación, lo que le aporta redondez y cuerpo.
Aromas frutales en nariz, repitiéndose estas notas frutales al saborearla, con un final dulzón y alcohólico.
No es una birra para tomar a la ligera, si no para degustarla tranquilamente, en una copa tipo tulipa como la que se ve en la foto superior, a no mas de 7º, ganando matices conforme va subiendo su temperatura. Lo ideal es acompañarla de algún plato contundente como por ejemplo empanada gallega o ensalada con quesos frescos, e incluso se puede tomar como acompañamiento de algún postre potente de chocolate.
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