Sam Larson, un escritor de novelas de ficción publica su último libro sobre un espía llamado «El Fantasma» como historia ficticia, pero su editora, mas espabilada de la cuenta, hace un pequeño cambio de última hora y lo publica en formato digital como una historia real. El libro se convierte en un bestseller, y Sam es secuestrado y llevado a Venezuela, donde se verá involucrado en una trama de asesinatos.
Aquí tenemos otra película exclusiva de Netflix. Y además no parecen tener estipulados unos mínimos de calidad para sus producciones, porque ciertamente deja bastante que desear.
Lo primero es que poner a un tío fanegas (conste que no tengo nada contra los gordos) a interpretar a un espía internacional, como que no pega mucho. Ni se ven reales las escenas de acción, ni Kevin James (Sam) está a la altura. Además, le ponen una compañera de peleas que tampoco cuadra mucho con el, Kim Coates, una chavala en bastante mejor estado físico que sí que parece repartir leña con mas credibilidad. Andy García interpreta a El Toro, uno de los rebeldes implicados en la trama, y tampoco creo que le vayan a dar un Oscar por su interpretación.
Y hay escenas, como una casi al final, donde aparece el Presidente de Venezuela, que tampoco son nada creíbles. ¿Un Presidente que dice «tío» cada dos por tres, y que solo quiere comer perritos calientes? WTF!
Así que con todo esto, tenemos delante otro «flin» que no merece la pena ver.
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miércoles, 23 de noviembre de 2016
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