Mike Regan es un magnate millonario que está intentando crear una empresa de aviación civil, y entre sus empleados cuenta con el informático Ed Porter, el cual soluciona varios problemas informáticos en la casa de Mike. A raíz de ahí, y debido a que Ed se siente ignorado por su jefe, tanto el magnate como la familia (mujer e hija) se encuentran atrapados en una situación complicada, ya que el informático empieza a controlar todos sus aparatos electrónicos y de comunicación.
Lo cierto es que es una película mas, con muy poco que destacar. Pierce Brosnan interpreta al millonario Mike Regan sin pena ni gloria, pero con muchas arrugas y bastante estropeado, aunque la mirada si parece haberla conservado. El papel de Ed Porter está a cargo de James Frecheville, un tío con un aspecto bastante raro... y desconocido.
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La conclusión que podemos extraer de esta película es lo enormemente desprotegidos que estamos frente a las nuevas tecnologías. No somos conscientes de hasta que punto quedan registrados nuestros pasos y la facilidad con que pueden usar información personal en contra nuestra por alguien con malas intenciones.
Algunas escenas son poco excesivas, demasiado poco creíbles. Es posible que a determinados niveles de conocimiento, pudiesen llegar a ser reales, como por ejemplo, la escena en la que Mike Regan conduce su coche hacia la casa de Ed Porter y éste, tras haber hackeado unos días antes el sistema informático del vehículo, bloquea los frenos traseros provocando un accidente.
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