Tiempo atrás publiqué la receta vegetariana de las hamburguesas o albóndigas de lentejas, y ahora le toca el turno a las hamburguesas de garbanzo.
Tras mucho tiempo probando distintas combinaciones de legumbres en busca de la hamburguesa vegana perfecta, he de decir que hasta la fecha, ésta es la mas gusta en casa. Tengo que añadir que no necesariamente la comemos en la forma típica de las burguer, es decir, en pan de hamburguesa con tomate, lechuga y todo lo demás. Una de nuestras cenas típicas es poner la hamburguesa (sin el pan, claro está) en un plato, y acompañarla de ensalada, alubias con tomate (tipo Heinz), patata cocida, verduras o lo que ese día apetezca.
Lo ideal es preparar una buena cantidad y tenerlas congeladas. En mi caso, les doy la forma con el típico aro metálico (o molde) de los que se usan en cocina para poner dentro lo que sea y que quede con forma de torre. A la hora de prepararlas, únicamente habrá que sacarlas del congelador y dejarlas descongelar ligeramente para cocinarlas a la plancha.
Se trata de una receta muy sencilla y rápida de preparar, y a los niños les encanta. No se utilizan ingredientes extraños. La harina de avena la puedes comprar sin ir mas lejos en el propio Mercadona, pero si te da igual, puedes usar harina de trigo normal. En cuanto a la salsa de soja, yo siempre uso para cocinar la fuerte, en lugar de la suave, que es la que se usa para el sushi o para salsas ligeras.
- 500 gr. de Garbanzos cocidos
- 1 Cebolla mediana
- 2 Zanahorias medianas rayadas
- 1 diente de Ajo grande o 2 pequeños
- 1/2 Pimiento verde
- 75-100 gr. de Pimientos rojos asados o de Piquillo
- 100 gr. de Harina de avena (o de trigo)
- Sal y pimienta
- Comino
- Salsa de soja fuerte
- Aceite de oliva virgen extra
Vamos con la elaboración. En un bol grande, ponemos los garbanzos cocidos, y con la ayuda de un tenedor la vamos machancando, en busca de una textura no demasiado fina, pero que tampoco queden garbanzos enteros.
Cuando estén listos, añadimos la cebolla, el pimiento verde y el ajo picados muy finamente, y la zanahoria previamente rayada. Por último, picamos también muy finos los pimientos del piquillo y los añadimos al resto. Al principio, sofreía la verdura antes de añadirla, pero descubrí que quedaba mucho mejor si la ponía en crudo, y así lo hago desde entonces.
Salpimentamos, ponemos un poco de comino (como media cucharadita de café), un chorreoncito de salsa de soja fuerte (para darle color y un toque que la hará diferente) y mezclamos todo muy bien con ayuda de una cuchara o pala de madera.
Ahora es el momento de añadir la harina de avena poco a poco. He puesto 100 gramos, pero en realidad esa cantidad dependerá de como nos haya quedado de húmeda la masa. Hay que ir incorporando poco a poco harina e ir mezclándola con el resto. Cuando esté bien integrada, volvemos a añadir otro poco mas, así hasta tener una masa que no se pegue en las manos.
El siguiente y último paso es darles forma. Yo lo hago usando un molde circular metálico, de los que puedes encontrar en cualquier ferretería o chino. Cojo un poco de masa, la pongo dentro del molde y con una cuchara la voy adaptando, hasta tener una burguer de 1,5 cm. de grosos aproximadamente.
Si las vas a comer sobre la marcha, solo es cuestión de poner un poco de aceite de oliva en una sartén y dorarlas por ambos lados, hasta que estén bien hechas. Y si las vas a congelar, las pones en una superficie plana con film transparente (para que no se peguen al separarlas una vez congeladas) y las meto unas horas al congelador. Cuando estén listas, las despego del film y las apilo dentro de una bolsa de congelación, y al congelador de nuevo.
Recomiendo no descongelarlas del todo para hacerlas, ya que se pueden romper.
Espero que os gusten!
Cuando estén listos, añadimos la cebolla, el pimiento verde y el ajo picados muy finamente, y la zanahoria previamente rayada. Por último, picamos también muy finos los pimientos del piquillo y los añadimos al resto. Al principio, sofreía la verdura antes de añadirla, pero descubrí que quedaba mucho mejor si la ponía en crudo, y así lo hago desde entonces.
Salpimentamos, ponemos un poco de comino (como media cucharadita de café), un chorreoncito de salsa de soja fuerte (para darle color y un toque que la hará diferente) y mezclamos todo muy bien con ayuda de una cuchara o pala de madera.
Ahora es el momento de añadir la harina de avena poco a poco. He puesto 100 gramos, pero en realidad esa cantidad dependerá de como nos haya quedado de húmeda la masa. Hay que ir incorporando poco a poco harina e ir mezclándola con el resto. Cuando esté bien integrada, volvemos a añadir otro poco mas, así hasta tener una masa que no se pegue en las manos.
El siguiente y último paso es darles forma. Yo lo hago usando un molde circular metálico, de los que puedes encontrar en cualquier ferretería o chino. Cojo un poco de masa, la pongo dentro del molde y con una cuchara la voy adaptando, hasta tener una burguer de 1,5 cm. de grosos aproximadamente.
Si las vas a comer sobre la marcha, solo es cuestión de poner un poco de aceite de oliva en una sartén y dorarlas por ambos lados, hasta que estén bien hechas. Y si las vas a congelar, las pones en una superficie plana con film transparente (para que no se peguen al separarlas una vez congeladas) y las meto unas horas al congelador. Cuando estén listas, las despego del film y las apilo dentro de una bolsa de congelación, y al congelador de nuevo.
Recomiendo no descongelarlas del todo para hacerlas, ya que se pueden romper.
Espero que os gusten!
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