Este año hemos vuelto a Portugal a pasar unos días de vacaciones. Ha habido un par de años que, debido a la pandemia, no tuvimos la posibilidad de ir por allí. En esta ocasión, barajamos la posibilidad de alquilar un bungalow en algún camping de la costa, pero no fuimos previsores y a última hora no encontramos nada disponible, y lo que había, era a unos precios desorbitados, así que optamos por tirar de tienda de campaña. Además, hasta la fecha, siempre hemos llevado todo lo necesario para cocinar, pero por aligerar un poco la carga, este año hemos decidido no hacerlo. Y lógicamente, esa decisión ha influido mucho en este viaje, ya que hemos probado muchas cosas, algunas nuevas, y otras que obligatoriamente hay que repetir si viajas a Portugal, así que esta entrada, está bastante marcada por la gastronomía lusa.
La zona elegida ha sido Póvoa de Varzim, perteneciente al distrito de Oporto, y sustancialmente mas cercana a León que Aveiro, donde hemos pasado algunas de las últimas vacaciones. El camping en el que hemos estado ha sido el Camping Orbitur Rio Alto Park, a unos 10 km. de Póvoa de Varzim. El camping se encuentra en una ubicación un poco rara, justo en medio de una zona de cultivos con muchos invernaderos.
La cadena Orbitur es famosa por los precios, bastante mas elevados que otros campings similares. El camping en si merecería una entrada en exclusiva, pero lo voy a resumir diciendo que no es un sitio al que volvería.
Una de las cosas que no me gustó en absoluto es que la zona de acampada para tiendas no está parcelada, por lo que, buscas un hueco según el tamaño de tu tienda, y allí que te plantas. Eso conlleva que en muchas ocasiones, como hemos podido comprobar durante la semana que hemos estado, la gente no respeta las distancias mínimas que te exigen los responsables del camping cuando vas a montar, por lo que te puedes encontrar a la vuelta de la playa o de la piscina con los nuevos vecinos pegados a tu tienda.
Por lo demás, los servicios y las duchas dejan bastante que desear en lo que a higiene se refiere, sobre todo por el uso indebido de los usuarios... La comida del bar está bastante bien, de precio y de calidad, pero en el resto, te sablean vivo. Como decía unas líneas mas arriba, esta cadena de campings se caracterizan por lo elevado de sus precios.
Típico plato combinado portugués: carne o pescado, ensalada, patatas y arroz. Es lo que solían poner en el restaurante del camping. |
La época en la que hemos ido ha coincidido con una ola de calor en la mayor parte de España, pero curiosamente allí hemos tenido, no frio, pero casi. En general todos los días con muchas nubes y para nada aprovechables para playa o piscina, pero es cierto que los dos últimos si que hizo bueno y pudimos pasarlos en la playa.
Esos días raros aprovechamos para salir por la zona y conocer un poco el entorno, incluida una visita de un día a Oporto, por donde optamos por hacer una ruta en tuk tuk gracias a la cual visitamos las partes mas importantes de la ciudad y desconocidas para nosotros hasta ese momento.
Visitar Portugal conlleva obligatoriamente comer una Francesinha. |
Ya habíamos visitado con anterioridad esta ciudad, pero en esta ocasión me ha parecido un caos total: mucho tráfico, atascos, miles de millones de turistas por casi cualquier rincón, colas interminables para visitar los lugares mas conocidos, en fin, una locura.
También pasamos por el municipio de Apulia, perteneciente al distrito de Braga. Se trata de una zona turística conocida por sus playas, donde pasamos un par de días aprovechando el poco buen tiempo que nos tocó en suerte. En esta zona es muy común encontrar las famosas casetas de playa, cuadradas y de un par de metros de lado, que puedes alquilar por un día entero (10 €) o por medio día (6 €), y que resultan muy útiles tanto por la sombra que dan como por la posibilidad de cerrarlas y dejar las toallas dentro a la hora de salir a comer.
Caseta de playa en Apulia |
Restaurante 1000 Fronteiras, en Apulia |
Bacalhau a bras, un plato típico de los que pudimos probar en el restaurante 1000 Fronteiras |
Esta tabla de quesos y embutidos con mermelada de abóbora (calabaza) fue una auténtica pasada |
Ese día, buscando un sitio para comer, dimos con un castillo que hay a prácticamente a pie de playa, llamado 1000 Fronteiras, y decidimos probar a ver que tal. El resultado: sencillamente ESPECTACULAR. Y es que sitios como este son los que definen Portugal, los que te hacen darte cuenta de las diferencias que hay con nuestro país, sobre todo en el servicio y en los precios, siendo la calidad igual o superior a la que podemos encontrar en cualquiera de nuestros restaurantes.
En España es impensable que en un restaurante de lujo como lo era éste y a pie de playa, te ofrezcan un menú del día por 15 euros (al margen de la carta), pero no un menú cualquiera. La presentación, los platos, el servicio, todo... excepcional, Como se puede comprobar a través de las fotos, no se trata de la presentación a la que estamos acostumbrados con menús de 15 e incluso 20 euros.
Los días pasaron rápido, y llegó el día de desmontar la "residencia de verano" y volver a casa. Hicimos una parada en Braga para comer, y buscando en Maps, encontramos un restaurante con muy buena pinta llamado Taberna da Fonte, y decidimos comer allí mismo. Con una carta bastante reducida, apenas 6 platos y otras tantas entradas, cumplió de sobra con las expectativas. Pedimos un par de platos de bacalao y otro de carne, y ninguno nos defraudó.
Posta de carne, en Taberna da Fonte (Braga) |
Bacalhau com grao (garbanzos), también en Taberna da Fonte. |
Y después de nuestra última comida en tierras portuguesas, entonces si que llegó el momento de recorrer la última parte del viaje de vuelta, con ganas de volver, como siempre.
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