Hoy, por fin, me puse a preparar una salsa picante, y aunque buscaba alguna diferente a las que suelo hacer, o sea, que no tuviera como base una salsa de tomate, al final cambié de opinión, y decidí hacer la base de siempre, pero con algunos cambios. Ahí voy:
Ingredientes (300 gr.):
- 1 lata pequeña de Tomate natural triturado (390 gr.)
- 1 Cebolla pequeña
- 30 gr. de guindillas verdes picantes del país (se les llama también piparras)
- 2 dientes de ajo
- 1 chorreón de Aceite de Oliva Extra Virgen
- Sal y Pimienta
- Un chorreón de vinagre
- 1/2 cc de Azúcar
- Un chorreón de edulcorante líquido, o en su defecto, un poco mas de azúcar
Preparación:
En un cazo pequeño poner un chorreón de aceite de oliva, y echar la cebolla picada. Dejar que se poche, y cuando empiece a ponerse blanda, añadimos los 30 gr. de guindillas cortadas en rodajas (con las semillas) y los dos dientes de ajo picados. Y dejamos otros 5 minutos, removiendo para que no se pegue.
Ahora echamos la lata de tomate, salpimentamos, ponemos el azúcar (para restarle acidez a la salsa) y un chorreón de vinagre, que luego corregiremos. Y dejamos, con el cazo tapado, que el tomate vaya tomando consistencia, removiendo de vez en cuando. Cuando tenga una textura adecuada, es decir, no demasiado espesa, la pasamos a un vaso de batir, y batimos un poco con la minipimer, procurando que no quede una salsa totalmente homogénea, sino con pequeños trocitos de cebolla, guindilla...
Probamos y corregimos de sal y vinagre. A este último debe saber ligeramente, no tiene que ser el sabor predominante. Dejamos enfriar, y a un bote... listo para acompañar tus comidas habituales.
Ahora echamos la lata de tomate, salpimentamos, ponemos el azúcar (para restarle acidez a la salsa) y un chorreón de vinagre, que luego corregiremos. Y dejamos, con el cazo tapado, que el tomate vaya tomando consistencia, removiendo de vez en cuando. Cuando tenga una textura adecuada, es decir, no demasiado espesa, la pasamos a un vaso de batir, y batimos un poco con la minipimer, procurando que no quede una salsa totalmente homogénea, sino con pequeños trocitos de cebolla, guindilla...
Probamos y corregimos de sal y vinagre. A este último debe saber ligeramente, no tiene que ser el sabor predominante. Dejamos enfriar, y a un bote... listo para acompañar tus comidas habituales.
0 comentarios:
Publicar un comentario