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martes, 26 de junio de 2018

Aprendiendo un poco sobre plantas carnívoras


Siempre me ha llamado la atención una pequeña tienda de flores y plantas que hay en León, en una calle que va desde la Plaza de la Catedral hasta la Plaza Mayor. Es un negocio de los de toda la vida, y suelen colgar dos carteles alternativamente en el cristal del pequeño escaparate: HAY PLANTAS CARNÍVORAS / NO HAY PLANTAS CARNÍVORAS. Este tipo de plantas siempre me ha generado curiosidad, y no hace mucho averigüé que se vendían en Aliexpress. Encontré un vendedor que ofrecía 100 semillas de la variedad Dionaea Muscipula, quizás mas conocida por su otro nombre, Venus Atrapamoscas, por poco mas de 50 cts., y las pedí.

Aproveché las dos semanas que iban a tardar en llegarme para leer e informarme un poco sobre la forma de plantarlas y hacerlas crecer desde las semillas, y por lo que pude comprobar, no era tarea fácil. También me enteré a través de un vídeo en Youtube, que la mayoría de semillas compradas por Internet son una estafa, siendo de cualquier cosa menos de plantas carnívoras.

Acabé comprando lo que iba a necesitar para todo el tinglado:

  • Un semillero.
  • Fibra de coco como sustrato, ya que este tipo de plantas no crecen en tierra normal, sino que necesitan un sustrato lo mas neutro posible, sin minerales, porque las plantas lo extraen de sus presas.
  • Agua destilada, por el mismo motivo que la fibra de coco.
  • Una caja de plástico grande, con tapadera, para emular un invernadero.
Cuando por fin llegaron las semillas, me puse manos a la obra y siguiendo las instrucciones en vídeo de un entendido que encontré, las dejé plantadas a la espera de ver en que resultaba del experimento. En cuestión de días empezaron a crecer y a crecer a un ritmo alucinante, pero no tardamos en averiguar que efectivamente, no se trataba de la Venus Atrapamoscas. Las llevamos a un vivero para ver si ellos nos podían sacar de dudas, pero no fueron capaces.

Semillas compradas en Aliexpress, a los dos días de brotar
Mientras tanto, mi mujer, a sabiendas de mi interés y curiosidad y viendo los malos resultados de las semillas chinas, buscó hasta encontrar un vendedor español que las ofrecía, y las compró. Una vez llegaron, las plantamos repitiendo el proceso. Empezaron a crecer rápidamente, al igual que las otras, pero después de una semana, volvió a quedar claro que tampoco pertenecían a ningún tipo de planta carnívora.

Semillas de Dionaea Muscipula compradas a un vendedor español.
Aquí se puede ver la diferencia entre ambas semillas de Dionaea Muscipula, las recibidas de China y las que nos vendieron en España:

Semillas de Dioanea Muscipula, chinas a la izquierda, y las españolas, a la derecha
Lo que yo no sabía es que había pedido otra planta, una Drosera Capensispero esta vez no sus semillas, sino la misma planta, con sus raíces y todo, lista para ser trasplantada a una maceta. Nos sorprendió la forma en que llegó, y al ver el paquete lo primero que pensamos fue que era imposible que hubiera llegado en buen estado, pero para sorpresa nuestra, venía envuelta en papel mojado y protegida con la parte inferior de una botella de plástico.

De momento ha quedado plantada en un tiesto, regada convenientemente con agua destilada y a la espera de que se adapte al entorno. No parece irle mal, ya que varios días después, no se la ve perder color ni fuerza.

Drosera Capensis recien replantada


El mismo día en que recibimos la planta, fuimos a un vivero en busca de sustrato para replantarla, diferente a la fibra de coco, y encontramos uno específico para estas plantas, turba blanca creo que lo llaman, a un precio un tanto disparado (5,95€ el paquete de 4L), pero ya puestos, había que hacer la prueba.


La foto de la Venus que encabeza el artículo es un regalo de mi suegro, que aprovechando una visita al vivero, me la compró.

Solo queda averiguar si en el momento de publicar este post han crecido los suficiente las semillas que plantamos para saber de que se trata...

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