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lunes, 14 de enero de 2019

{Serie} The Blacklist (2013-)


Si sois aficionados a las series, me comprendereis perfectamente al afirmar que cada vez es mas complicado elegir una nueva serie para ver, dada la cantidad tan escandalosa que hay, a fecha de hoy, de ellas. La mayoría de las veces mi elección se basa en comentarios de amigos o compañeros, pero en esta ocasión no fue así, fue por decisión propia. Mientras echaba un vistazo a la lista de las series disponibles en Netflix. Aunque tengo bastantes a medio ver, me apetecía algo nuevo, y me topé con «The Blacklist».

No tenía ninguna referencia sobre esta serie, así que no iba condicionado, es más, ni siquiera sabía quienes la protagonizaban. La trama principal la podría resumir así:

Uno de los criminales mas buscados por el FBI se entrega voluntariamente en la sede de dicha agencia con la intención de colaborar en la búsqueda y captura de una serie de individuos, a cual mas retorcido, pero con una condición: únicamente tratará con la agente Elizabeth Keen, un especialista en perfiles psicológicos recién salida de la academia.

Así comienza el capitulo piloto, con Raymond Reddington entregándose, de rodillas, en el hall del FBI. Podría parecer una serie mas las muchas que hay, pero en verdad es bastante diferente, detalle del que te das cuenta conforme van pasando los capítulos. El primer episodio me gustó bastante, tanto por la trama como al descubrir el actor que da vida a Reddington, que no es otro que James Spader, al que por cierto, hacía bastante tiempo que no veía en pelis o series. Además, una de las cosas que han hecho que me enganche a «The Blacklist» es la forma en que manejan tanto las historias alrededor del malo protagonista de cada capítulo, como la manera de ligar éstas con la trama horizontal, dejándote al final de cada capítulo con ganas de pasar al siguiente.

James Spader, de joven y como está actualmente.
La estructura general es la siguiente: en cada episodio, Red pone en conocimiento del grupo de agentes especiales del FBI con el que colabora y donde trabaja Elizabeth Keen, la existencia de un criminal o una asociación de ellos, y que merecen ser eliminados y cuya existencia, además y en la mayoría de los casos, desconoce el propio FBI. Con las pistas iniciales que Red proporciona a los agentes, y su "espontanea" ayuda, el equipo de agentes deberá dar caza a dichos criminales.

Reddington solo tratará con la agente Keen, dejando desde el primero momento sembrada la duda del nexo de unión que existe entre ambos. Pertenecientes también al grupo del FBI está Donald Dressler, el compañero de Keen; Aran, el informático que todo lo soluciona con un teclado, y posteriormente, una agente del Mossad, Meera Malik, que se incorpororá a filas, y todos ellos comandados por Harold Cooper.

En el primer capítulo, la escena donde la agente Keen se presenta ante Red por primero vez respondiendo a la demanda de éste, es un guiño a la misma escena que se produce en «El silencio de los corderos», donde Clarice se sienta frente al Dr. Hanibal Lecter, y momento en el que se produce la conversación del famoso "Quid Procuo".

Está claro que sin la participación de James Spader (que además es coproductor ejecutivo de alguno de los capitulos), la serie no habría sido lo que es. Un papel hecho a medida, el cual es aprovechado por un espectacular Spader, llegando a dejar en las sombras al resto de actores apenas empezada la serie. La interpretación de un villano que colabora con el FBI para atrapar a otros villanos da pie a muchos giros y situaciones diferentes, pero la fuerza interpretativa de Spader deja bien claro que ha sabido aprovechar la situación al máximo.

Una de las cosas que mas me ha sorprendido es la longitud de las temporadas, teniendo todas ellas la friolera de 22 episodios, menos la tercera que se alarga con un episodio mas. La duración media de cada uno de los capítulos es de 45 minutos aproximadamente.

En cuanto al resto de personajes, solo puedo decir que van mejorando con el paso de los capítulos, adaptándose todos ellos poco a poco al ritmo de James Spader. Las historias personales de los diferentes personajes principales se van interconectando entre ellos al avanzar la serie, pero siempre girando en torno a la relación entre Red y Liz, y entre Liz y su marido, Tom Keen. En cada capítulo se iran desvelando detalles, que en algunos casos nos complicará la trama y en otros nos aclarará alguna que otra duda.

En el momento de escribir estas líneas llevo vistas las dos primeras temporadas y la mitad de la tercera, y de momento no deja de sorprenderme cada capítulo que veo. Además, el resto de personajes han ido ocupando su lugar con el paso de los episodios, y se les nota la confianza con los personajes. No estoy acostumbrado a temporadas tan largas, de hecho no me suelen gustar, pero en este caso está siendo diferente. Esperemos que no ocurra lo típico, que en el intento por parte de guionistas y productores de alargar todo lo posible la serie, aun a costa de liarla y conseguir el efecto contrario, terminen por cargarsela.

A lo largo de la serie participan bastantes caras conocidas, como por ejemplo Alan Alda (los viejunos como yo lo recordaréis de Mash):

Alan Alda, un veterano actor que recordareis de multitud de películas
En cualquier caso la recomiendo encarecidamente...

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