Hace unos días se celebró la fiesta de San Froilán en León, y en el centro instalan una Feria Medieval, compuesta por infinidad de puestos donde venden todo tipo de productos: artesanía, ropa, comida, bisutería, y un largo etcétera.
En uno de los puestos donde venden pan, tartas, dulces y empanadas, me encontré con unas tortas de chicharrones que tenían una pinta bestial. Siento no poner foto, pero es que tampoco tenía intención de escribir una mini entrada sobre ellas. Pero después de probarlas y ver que no tenían absolutamente nada que ver con las que he comido toda la vida en Granada, encontré el vídeo que podéis ver mas arriba que dio lugar a este post.
Nada mas darme la torta en una bolsa de papel pude comprobar, así a ojo, el excesivo peso que tenía, y me di cuenta que no podía ser la misma ni por asomo. Cuando llegamos a casa y la probé, me decepcionó ligeramente, pero no por las diferencias que pudiese haber entre las hechas aquí y las hechas en Granada, que es lo lógico, sino por que no tenía chicharrones. Solo tenía una especie de trocitos de apenas 3 milímetros duros como la roca, y que no sabían a nada.
Por lo demás, la torta no estaba mal, asemejándose mas a una pasta gigante que a una torta blandita, y además tenía un sabor a anís que, para mi gusto, era excesivo.
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