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miércoles, 29 de octubre de 2025

¿Qué pasa con la mayoría de las películas últimamente?


Llegas a casa del trabajo, y ese día te apetece ver una película en lugar de seguir con alguna de las múltiples series que tienes a medias. Como no tienes claro qué ver, te vas a la lista de las películas mas vistas de Netflix (por poner una plataforma, aunque vale cualquiera) y te quedas con la primera que hay (que por la corta descripción te ha llamado la atención), con la que la gente más ha visto. 

Resultado de la operación: ES UN PEDAZO DE MOJÓN DE PELÍCULA.

¿Qué está pasando con el cine? ¿Porqué cuesta tanto de bastantes años atrás a aquí, encontrar alguna película que realmente merezca la pena?. Las hay que no tienen sentido ninguno, las hay que están bien hechas pero tienen un final que te deja con cara de póker (éstas suelen ser la mayoría), y las que ni están bien hechas, ni tienen un final ni ná.

Llevo ya tiempo planteándome a qué puede deberse esto. Por una parte, me da la sensación que muchos directores barra productores, hacen la película para ellos mismos, para reflejar su percepción, que es al fin y al cabo la labor de un director, pero claro, si esa percepción solo la entiende el que la hace, pues ya me contarás. Son infinidad de películas las que he visto que terminan así, y si no te vas a buscar información sobre ella, alguna crítica, no te enteras del porqué de ese final.

Y si hablamos del cine español, creo que en bastantes casos, el interés está en las ayudas que el estado les da, con lo cual, solo consiste en hacer una hora y pico de pura mierda, sin importar la calidad del producto, porque una vez cobradas las subvenciones está todo hecho (léase el caso del "director" Eduardo Casanova (el de Aída)). Y a por la siguiente... 

Ejemplo real. En estos últimos días he visto varias películas, todas en Netflix. La primera es "UNA CASA LLENA DE DINAMITA". Aparecía en el puesto 1 de las más vistas. La sinopsis decía:

"Los oficiales de EEUU se dejan la piel ante la llegada de un misil de origen desconocido en este thriller frenético que, según BBC, "da mas miedo que muchas películas de terror".


Y aunque el título me tiraba un poco para atrás, me pongo a ver la película sin mas información que la descripción anterior. Cierto es que la película está bien hecha, todo muy bien llevado, peeeeeeeeeeero, la cosa se va al carajo al final de la película, al menos para mi. 

Decido buscar información leyendo alguna crítica, y la ponen de peliculón para arriba, porque se supone que lo que pretenden transmitir es lo que hay detrás de una situación de ataque a los EE.UU., la presión que han de soportar los que están detrás de los botoncitos para disparar las armas nucleares, los operadores de los Centros de Control, las personas, en general, al frente de esta situación, etc. Y eso está muy bien, y además en la peli se refleja de escándalo, pero cabrones, no me dejéis con la miel en los labios. Y hasta aquí puedo leer. Os dejo el trailer:


Dos días después, cuando ya se me ha pasado el cabreo, vuelvo a abrir Netflix, y me encuentro en el puesto 4 de las películas mas visionadas una llamada "EL ELIXIR DE LA INMORTALIDAD", una peli de zombis típica, pero ni americana ni coreana ni japonesa, sino indonesia. Esta es la mía. Me la pongo, y joder, termino de verla sin sentirme "estafado", es una peli de zombis, lo que decía, eso si, todos son indonesios de clase alta, todos muy guapos, nada de feos. Con muy buenos efectos especiales, con una historia que empieza y termina. Lo que se busca normalmente en una película. Para todo lo demás... cine de autor. Aquí os pongo cartel y trailer:


Conclusión: Tienes dos opciones: si quieres cine garantizado, vete a los clásicos, y deja los experimentos para los días que te levantes con ganas de perder un par de horas para, al final, quedarte con mal sabor de boca. O antes de ver una peli, busca información para no llevarte irritaciones innecesarias.

viernes, 10 de octubre de 2025

(Receta) Magdalenas Carrot Cake FIT


Esta es una de esas recetas que, cuando estás comiendo sano, te sacan de un apuro si te apetece algo dulce. Es fácil y sencilla de hacer, la tienes lista en apenas 30 minutos incluyen el horneado y aportan algo en lo que a nutrientes se refiere. ¿Qué más se puede pedir?

Es una versión del archiconocido Carrot Cake (bizcocho de zanahoria)  pero en formato magdalena y que se prepara en la freidora de aire en menos de lo que tarda en decirse. La única pega que tiene, si es que se le puede llamar pega, es que al ser una masa mas húmeda de lo normal y no llevar ningún tipo de conservante industrial, no puedes dejarlas demasiado tiempo una vez las hayas preparado. Lo ideal es que se consuman en, como mucho, 4 o 5 días, cosa que no suele suceder por que como decía antes, están de escándalo y suelen desaparecer en mucho menos tiempo. Si no, siempre queda la opción de congelarlas, sistema que ya he probado y que funciona perfectamente.

Con estas cantidades, suelen salir 9 magdalenas, y yo utilizo moldes de silicona, que son muy sencillos de desmoldar y de limpiar.

Así que venga, sin mas preámbulos, vamos al lio.

Ingredientes (para 9 magdalenas):

  • 150 gr. de Zanahoria rallada
  • 150 gr. de Claras de huevo
  • 1 Huevo entero
  • 50 gr. de Harina de avena
  • 25 gr. de Proteínas de vainilla (en su defecto, añadir 25 gr. más de harina de avena)
  • Canela en polvo
  • 7,5 gr. Impulsor químico (levadura Royal de toda la vida, 1/2 sobre)
  • Edulcorante de tu gusto
  • Para el interior y adornar: chocolate, mantequilla de cacahuete, nueces...
Preparación:

La elaboración de estas zanahorias es tan sencilla que se tardan menos en hacer que en decir.

Pelamos y rallamos las zanahorias (si tienes una batidor de vaso tipo Nutribullet, no es necesario rallarlas, simplemente córtalas en trozos y para adentro), y añadimos al vaso donde lo vayamos a hacer primero los ingredientes líquidos, luego la zanahoria rallada y por último, el resto de ingredientes secos (menos los que son para adornar y para el relleno, que los usaremos en breve). 

Batimos con la batidora, hasta tener una masa como si fuese para tortitas, que se pueda verter bien en los moldes. Si estuviese demasiado espesa, agregamos un pelín de leche o de claras. Colocamos los nueve moldes, y llenamos un tercio de cada uno con la masa (si vamos a poner relleno). Ahora, ponemos lo que queramos dentro. Para mi gusto personal, la mantequilla de cacahuete les va de lujo, pero también le puedes poner un trocito de chocolate, por ejemplo. Luego, terminamos de llenar los moldes, procurando que quede como 1 cm. por debajo del borde, repartiendo bien la masa para que queden todas mas o menos igual.

Si queremos poner un topping, ahora es el momento. En la imagen podéis ver que yo puse chocolate de dos formas, en lágrimas y en trozo.

Colocamos las 9 magdalenas en el cesto de la freidora de aire, y ponemos a 160º durante 15 minutos. Igual en vuestra freidora necesita, según la potencia, un minuto más, o menos. Sabréis que están listas con el milenario truco de pincharlas, y si el pincho sale húmedo, es que no están todavía listas.

Una vez listas, dejáis enfriar con el molde, y cuando hayan templado, desmoldamos y dejamos enfriar del todo sobre una rejilla o un papel absorbente si no tenéis rejilla.

Listo, a gozarlas, os aseguro que repetiréis receta en menos de lo que imagináis.

martes, 9 de septiembre de 2025

¿Qué ha pasado en los gimnasios?



Allá por el año 2.017, cuando empecé en el que sigue siendo mi trabajo actual, progresivamente fui dejando de ir al gimnasio principalmente por incompatibilidad de horarios. Un par de años después, cuando intenté retomar los buenos hábitos, el Covid llegó, y fue cuando dejé definitivamente de ir.

Ahora, 7 años después (y unos pocos (bastantes) kilos por encima de mi peso de entonces), he vuelto a apuntarme y a fecha de la publicación de estas líneas llevo casi dos meses sin faltar. 

Pero nunca hubiera podido imaginar lo que han cambiado las cosas en estos 7 años. Por que ya nada es lo que era. Por lo pronto, imaginaba que a raíz del dichoso Covid, mucha gente habría abandonado definitivamente sus hábitos deportivos en centros de este tipo, y... ERROR. Aunque el gym donde he empezado no es ninguno de los anteriores en los que estuve apuntado y por tanto no puedo comparar, si puedo decir que gente mayor, abueletes y tal, hay muchísimos menos

Lo que si ha aumentado drásticamente es la aparición de pipiolos, muchos de los cuales no tendrán ni los 18 años. Pero en lo que si he notado bastantes cambios es en las instalaciones.

Por todos es conocido el exagerado auge de los gimnasios Low Cost en todas las ciudades de nuestro país. Hay una guerra por ver quien da los precios mas bajos, y obviamente, esta práctica comercial va en detrimento de muchas cosas.

Sin ir mas lejos, la cadena a la que me he apuntado en León (que tiene tres gimnasios ya en la ciudad), es tan Low Cost, que aunque me atendió muy amablemente un chaval cuando fui a apuntarme, el que se tuvo que apuntar literalmente fui yo. Después de enseñarme las instalaciones y de decidir que sí que me apuntaba, me explico las distintas tarifas (hasta tres), y en una pantalla táctil me tuve que hacer mi propio registro. Ya ni siquiera te dan una tarjeta para acceder a las instalaciones, sino que tienes que usar un código QR desde el móvil (generado por la aplicación de la empresa).

Lo primero que me llamó la atención fueron los vestuarios, una gran habitación con apenas 30 taquillas, un solo lavabo, y cuatro o cinco bancos pegados a las paredes, y todo el centro del vestuario, completamente vacío. En los pasillos de acceso a los vestuarios y baños (tanto femeninos como masculinos) sí que había muchas taquillas. De ello deduje que igual había cambiado la cosa, y que ya la mayoría de la gente no se duchaba, sino que tal cual terminan el entreno, se van para casa sin pasar por la casilla "ducha". Así que los vestuarios donde están las duchas, quedan solo para aquellos que sí que se duchan al terminar la sesión.

Tengo que decir que en lo que a máquinas, mancuernas, bancos y demás, está muy bien surtido, todo hay que decirlo. Otra cosa que descubrí es que no hay fuente para llenar el bidón. Si quieres agua, la tienes que coger del lavabo del baño, por que haber fuente, hayla, pero es de pago. En un lateral hay una máquina parecida a la de las cadenas de comida rápida, pero con un solo "chorro", y lo que sirve son bebidas tipo isotónicas con sabor, pero solo a los usuarios que pagan una tarifa superior.

No existe la figura del monitor que te pueda solucionar alguna duda en caso de necesitarla. Suele haber alguien (al parecer no siempre), pero sus labores son mas bien de "limpieza", ya que los ves con la aspiradora unas veces, y con la fregona otras. Se supone que el servicio de monitor o de entrenador es de pago (en caso de haberlos disponibles en el gimnasio en que te encuentres).

Y lo que mas he visto que ha cambiado, y que mas me jode, es el ambiente y la gente que encuentras por allí. Muchos van solos, otros van a entrenar con la novieta/noviete, pero el 80% de la gente que coincide conmigo (sobre todo a las horas mas concurridas), son chavalería. Y los ves con unas vestimentas que parecen para cualquier cosa menos para levantar hierros. Van con capuchas, y pantalones anchos, paseándose por allí como si llevasen 10 años entrenando, cuando en su mayoría, no pasaran de los 6 meses. No sueltan el móvil mas que cuando les toca hacer serie, los descansos son eternos (sentados en la máquina con el móvil en la mano, por supuesto)... En fin, completamente distinto a hace 7 años. Pero es lo que hay.

Y luego estamos los que vamos a lo que vamos, a entrenar, y nada mas. Yo suelo ir a las horas mas tranquilas, por que si no es imposible hacer un entreno en condiciones sin pasarte mas de la mitad del tiempo esperando que el niñato de turno suelte el puñetero móvil y se ponga a levantar peso, que es a lo que hemos ido... al menos yo.

De un tiempo a esta parte estoy viendo como las redes sociales están modificando la sociedad, nuestros hábitos y costumbres, y a los que nos pilla ya con cierta edad, nos deja un poco descuadrados. Imagino que por la misma situación pasarían nuestros padres cuando aparecieron los primeros ordenadores y teléfonos móviles. Así que, ajo y agua, y a intentar adaptarse a lo que se nos viene encima, aunque creo que lo peor está por llegar.

jueves, 1 de mayo de 2025

El Gran Apagon



Pues al final, parece que nos empezamos a colocar a la altura de Venezuela y Cuba en lo que a lo de los cortes de luz se refiere, aunque no haya sido por los mismos motivos que ocurre estos países, pero ahí estamos, entrando de cabeza en este ranking.

¿Qué qué lo ha podido provocar?. Pues aunque a priori todo el mundo pensó en un ciberataque, parece ser, y digo parece porque nunca sabremos la verdad del asunto, que una sobrecarga en la red hizo que por motivos de seguridad, todas las estaciones se desconectaran de la red principal, dejándonos a oscuras. Y a todo este asunto, se le llama "CERO ELECTRICO", o sea, que ni gota de luz quedó para repartir. 

En España, las centrales solares general el 50% del consumo total del país, pero hay vida mas allá de la energía fotovoltaica, están los molinos y las centrales nucleares. El tema es que toda la energía que generamos, debe ser consumida, no se puede quedar en la red para, por ejemplo, usarlas mas adelante. Y es por eso que la sobrante, la vendemos a otros países, como Francia o Portugal. Y al parecer, un poquito de esa luz que iba para los franceses, no llegó a donde tenía que llegar, lo que provocó una saturación en nuestra red, y como medida de protección, una desconexión de todas las estaciones del sistema general, dejándonos a todos a oscuras.

El quid de la cuestión es que el paso al "CERO ELECTRICO" es instantáneo, pero volver a la situación de normalidad no es tan sencillo, ya que cada subestación y estación, antes de conectarse a la red principal, debe haberse sincronizado con ésta, y eso lleva tiempo.

Esta, así por encima, es la explicación que nos están dando, pero como ya sabemos el modus operandi de este gobierno que tenemos, vaya usted a saber si es el motivo real del GRAN APAGÓN.

El caso es que hubo zonas, como la mía, donde estuvimos algo mas de 8 horas sin luz, y otras en las que fueron casi 16. Obviamente, algo tan aparentemente inocuo, supone un desastre a nivel nacional, sobre todo económicamente hablando. Ciudades colapsadas debido a la falta de alumbrado de señalización, medios de transporte parados (sobre todo los trenes y metros), hospitales tirando de generadores de emergencia, y no hablemos ya de la situación de determinadas personas que, por poner un caso, necesiten de respiración asistida y se encontrasen en sus casas. Aparte de eso, negocios cerrados que no pudieron atender a la gente dado que no se podían usar los datáfonos para los pagos con tarjeta, así que hablamos de un marrón considerable. Y por supuesto, las comunicaciones, que han sido el gran protagonista en esta ocasión.

Pero en España no aprendemos. Ni tan siquiera habiendo pasado un confinamiento como el de hace unos años. Como no había internet una vez nos quedamos sin luz, y también nos quedamos sin red de datos para los móviles y las casas, pues no quedó otra que desempolvar las radios de toda la vida, para poder enterarnos de qué es lo que estaba pasando. Y quien no tenía radio, se tiró a las tiendas a comprar una, y ya de camino, paso por el supermercado y arraso con las latas de cocido y fabada, agua, papel higiénico no, que todavía les debe quedar de la época del confinamiento, bombonas y hornillos de gas,  etc. Y todo de golpe.

Lo gracioso del asunto que cuando nos venga la próxima, la radio no tendrá pilas, y habrá que salir en tropel a comprar pilas al Mercadona o al chino de la esquina. En fin, que aquí somos diferentes, y que igual que hay una parte mala, hay una buena, y es que cuando bajaba por el coche por una céntrica calle, como 3 horas después del corte, la gente andaba paseando al sol y tomando relajadamente unas cañas en las terrazas, hablando los unos con los otros, y haciendo lo que se ha hecho toda la vida, hasta que llegaron los móviles.

martes, 1 de abril de 2025

(Receta) Torrijas (Semana Santa)


Nunca entenderé porque hay recetas que únicamente se suelen hacer en épocas festivas muy concretas del año, como si hacerlo fuera de esas fechas estuviera prohibido. Este el caso de un par de recetas de dulces que voy a compartir en estos días, aprovechando que se acerca la Semana Santa. Quizás se deba a que así las cogemos con ganas cuando llegan las fechas adecuadas.

Pues hoy voy a compartir la receta de las torrijas que aprendí a hacer hace muchísimos años. La aprendí de mi padre, y tiene una diferencia con el resto de las que he ido probando a lo largo del tiempo, que a mi parecer, las hacen especiales: la miel de caña.

Aclarar antes de empezar que las torrijas originalmente se preparaban con restos de pan que quedaban en casa de varios días anteriores, con lo que se trataba de una receta de aprovechamiento. Hoy día, los supermercados nos ofrecen alternativas para facilitarnos la tarea. Personalmente prefiero hacerlas con pan, pero si no dispongo de éste, pues no queda mas que comprarlo ya listo para usar. La receta que os pongo se puede hacer con ambos tipos.

Ingredientes:

  • Pan para torrijas
  • Leche
  • 3 Huevos
  • Azúcar
  • Canela en polvo
  • Para decorar: miel de caña (podéis usar la mezcla típica de azúcar y canela en polvo o miel de abeja)
  • Aceite de Girasol para freír
Preparación:

Las cantidades varían, dependiendo de la cantidad de torrijas que vayamos a hacer. Se puede ir calculando y añadiendo sobre la marcha si se nos va gastando la leche o los huevos.

Antes de nada, cortaremos el pan en rodajas (si no viniese ya cortado) de aproximadamente 3 cm. de grosor.

En primer lugar, vamos a mezclar la leche con la canela (generosamente) y el azúcar, poniéndolo todo en un cazo o bol (aproximadamente medio litro para ir empezando). Antes de calentar, la probamos para ver que está a nuestro gusto de dulzor. 

Seguidamente, ponemos a calentar, ya sea al fuego si utilizamos un cazo, o al microondas si preferimos un bol, y dejamos hasta que la leche se caliente ligeramente.

En un plato donde quepan las torrijas, batimos un par de huevos, y dejamos a un lado. Si las vamos a decorar con azúcar y canela, poner en otro plato ambas cosas y mezclar bien.

En una sartén grande, ponemos aceite de girasol abundante, y colocamos a fuego medio/fuerte.

Cuando el aceite tome temperatura, significa que llegó el momento de empezar. Cogemos una rodaja de pan, y la sumergimos en la leche un segundo, le damos la vuelta y repetimos la operación por la otra cara.

NOTA: el truco para que las torrijas queden jugosas es que empapen la suficiente leche como para poder manejarlas sin que se rompan, así que tendrás que experimentar con las primeras rebanadas el tiempo que las tienes remojando.

Escurrimos la rodaja de leche sobrante, y ahora la colocamos en el plato con el huevo batido, y le damos un par de vueltas para que se cubra bien de huevo, volvemos a escurrir, y ahora si, a la sartén. 

Con un par de espátulas o tenedores, lo que mas cómodo te resulte, las vamos girando para que se doren por ambos lados, y conforme vayan estando listas, las sacamos a un plato con papel absorbente. Y así vamos repitiendo la operación hasta tener todas las torrijas listas.

Con forme van saliendo de la sartén, las que ya han reposado en el papel, las pasamos por el plato de la canela y el azúcar, y las colocamos en un plato grande o fuente. Si en lugar de azúcar y canela, lo prefieres, puedes pasarlas a la fuente directamente, y allí, dejarles caer unos hilos de miel de caña o de abeja. Te aconsejo que las pruebes con miel de caña, quedan con un sabor espectacular.

Solo quedará dejarlas reposar y que enfríen... ¡y a merendar!.

lunes, 31 de marzo de 2025

(Receta) Leche frita (Semana Santa)


Y como lo prometido es deuda, aquí traigo la segunda receta de Semana Santa (y aquí podéis echar un vistazo a la de Torrijas). Otro clásico por estas fechas, y que aunque a priori parece complicada de hacer, es bien sencilla

Al igual que comenté que las torrijas quedaban mucho mejor con pan normal que con el industrial que ahora venden todos los supermercados, en el caso de las torrijas quisiera comentar que aunque hoy día casi en la totalidad de recetas que encontramos se utiliza Maicena, originalmente se preparan con harina normal de trigo. El motivo de usar harina fina de maíz es para "garantizar" que la masa coja consistencia, que es una de las propiedades principales de la Maicena: espesar.

Yo voy a utilizar para la receta de hoy Maicena, y otro día las haré con harina normal de trigo.

Por último, daros un par de consejos si decidís hacer este espectacular postre en casa:

  1. La masa, lo ideal, sería que estuviese preparada desde el día anterior, aunque se puede hacer todo en el mismo día.
  2. Ya de meteros en faena, podéis hacer un WIN-WIN, y el mismo día que hagáis la leche frita, ya puestos a freír, hacer también las torrijas y no tenéis que ensuciar doblemente sartén y demás.
Dicho esto, vamos al turrón:

Ingredientes:

  • 3/4 de litro de Leche
  • 3 yemas de Huevo
  • 100 gr. Azúcar
  • 2 ramas de Canela
  • Cáscara de 1/2 Limón
  • 80 gr. de Harina fina de maíz (Maicena o similar)
  • Mantequilla sin sal (opcional)
  • Harina para rebozar
  • Huevo batido para rebozar 
  • Azúcar y canela para decorar
Preparación:

Primero, ponemos toda la leche menos 100 ml. en un cazo, donde añadimos también las ramas de canela y la cascara de limón, y llevamos al fuego hasta que empiece a hervir, momento en el que lo quitaremos y dejaremos que se temple durante un rato.

En un bol, ponemos los 100 ml. de leche que hemos separado, añadimos la maicena, y con una varilla, mezclamos bien.

En otro bol, ponemos las yemas de los huevos y el azúcar y varillamos bien, hasta que empiece a espumar.

Añadimos a las yemas y el azúcar, la leche con la maicena. Y volvemos a varillar bien. Con un colador, retiramos la canela y la cáscara de limón de la leche que infusionamos.

Ponemos nuevamente el cazo con la leche infusionada a fuego medio, y cuando esté a medio hervir, añadimos la mezcla anterior y vamos varillando sin parar hasta que espese. Nos tiene que quedar una crema espesa, sin que llegue a ser un bloque.

El molde, o lo untamos con mantequilla o le ponemos film transparente (yo prefiero esta opción), y vertemos la mezcla, la distribuimos bien con una lengua, y ponemos film en la superficie para que no salga costra. Dejamos que enfríe y lo pasamos al frigo, lo ideal es de un día para otro.

Volcamos la masa en una tabla, retiramos el film y la cortamos en cuadros de 5 x 5 cm.  aproximadamente. 

Ponemos una sartén al fuego, con aceite de girasol a fuego medio/alto, y mientras, ponemos harina en un plato y un par de huevos (que batiremos) en otro. En un tercer plato, ponemos azúcar y canela y lo mezclamos bien, para cuando la leche esté frita rebozarla en la mezcla.

Pasamos los trozos por harina, luego por huevo, y con cuidado, a la sartén, donde les daremos un par de vueltas hasta que estén dorados, momento en el que los sacaremos a un plato con un papel absorbente. Cuando hayan reposado unos minutos, pero todavía calientes, las pasamos por la mezcla del azúcar y la canela, y los colocamos en otro plato con papel absorbente. 

Vamos friendo y rebozando de azúcar y canela todos los trozos, y retirando del aceite los restos o puntillas que van quedando del huevo.

Y ya lo puedes gozar, directamente, porque hay a quien le pirran todavía calientes, y hay quien las prefiere ya reposadas.


miércoles, 26 de marzo de 2025

(Receta) Fabada asturiana con alubias de la granja (en olla exprés)


Hace un tiempo hice un intento de fabada asturiana, y en lugar de fabes, utilicé unas alubias de la granja que tenía por casa. Si, ya se que entonces no debería llamarla fabada asturiana, pero como la he hecho yo, la llamo como me de la gana :))).

Por cierto, como tuve un imprevisto con la foto que hice del plato, me he visto obligado a tirar de IA y he mandado generar la foto que veis arriba 😎

Este tipo de alubias se preparan de forma muy similar a las alubias blancas normales, a excepción de que hay que tenerlas más tiempo en remojo. Bastante más tiempo, aproximadamente unas 24 horas, y además, la cocción también es mas larga. En aquella ocasión me quedaron con la piel algo dura, comestibles, pero no como deberían haber quedado, y culpé a la cocción, porque el remojo fue el correcto. Como puse un paquete entero de 500 gr. en remojo, obviamente eran demasiadas como para hacerlas de un golpe, y lo que hice fue congelar las que no utilicé para usarlas mas adelante.

Hace un par de días, al abrir el congelador las vi, y me propuse intentarlo de nuevo, así que las saqué a descongelar. Quise hacer una receta diferente a la primera, y se me ocurrió pedirle ayuda a la IA de Google, Gemini, y le dije: "Búscame una receta de fabada asturiana para hacer en la olla exprés", y el resultado me convenció tanto (sobre todo por lo simple que era) que dije, ésta es la mía.

Ingredientes (3 personas):

  • 250 gr. de Alubias de la granja (previamente en remojo durante 24 horas)
  • 1 cebolla mediana
  • 3 dientes de Ajo
  • 1 paquete de compango asturiano (morcilla, chorizo y panceta)
  • 2 Patatas medianas
  • 1 cc de Pimentón dulce de La Vera
  • AOVE
  • Sal
Preparación:

En la olla expres ponemos un chorreón de AOVE, y añadimos la cebolla y los ajos bien picados y un poco de sal, y sofreímos a fuego medio hasta que empiece a dorar, y en ese momento añadimos el pimentón, mezclando todo muy bien.

Ahora incorporamos el compango y las alubias, y volvemos a mezclar bien con el sofrito. Volvemos a añadir sal, generosamente.

Cubrimos con agua, que sobren como un par de dedos por encima de todo, y ponemos a fuego fuerte . Dejamos que empiece a hervir. En cuanto hierva, cerramos la olla, y esperamos que salte la válvula, bajamos el fuego al 5 (en mi caso es 5 de 11), y dejamos 20 minutos.

En estos 20 minutos, pelamos y troceamos las patatas en trozos, y reservamos.

Pasados los 20 minutos, ponemos la olla bajo el grifo, y cuando la válvula baje, abrimos, y añadimos las patatas troceadas, removemos y rectificamos de sal si fuera necesario. Volvemos a poner a fuego fuerte, y cuando rompa a hervir, tapamos de nuevo, esperamos que salte la válvula, bajamos el fuego al 5 y ahora lo dejamos 8 minutos exactos.

Colocamos otra vez la olla bajo el chorro del agua del grifo, y abrimos. Comprobamos que tanto las patatas como las alubias estén tiernas, y si la fabada estuviese demasiado líquida, con la ayuda de una cuchara y un cucharón, cogemos unas cuantas alubias y un trozo de patata, y lo espachurramos, las devolvemos a la olla y removemos. Esto es para que la salsa espese

Lo ideal, como siempre digo con este tipo de guisos, es dejarlo reposar hasta el día siguiente, lo que le hará coger consistencia y estará mucho mas bueno. 

En el momento de servir, sacamos el compango a un plato, lo troceamos todo, servimos las alubias en cada plato, y acompañamos con un trozo de chorizo, de morcilla y de panceta. 

Y a disfrutar!

lunes, 24 de marzo de 2025

|Ruta| Ciñera - Castillete del Pozo Ibarra y Faedo (ruta hecha en 2.025)


Aunque esta ruta ya la habíamos hecho anteriormente en dos ocasiones, quisimos repetirla de nuevo porque teníamos intención de visitar una zona minera abandonada (que no vimos la vez anterior) y a la que se puede acceder por un desvío en el camino al Hayedo: el Castillete del Pozo Ibarra.

Cuando ahora hemos repetido esta ruta, el Hayedo no se encuentra ni por asomo tan espectacular como las veces anteriores, ya que en una de las ocasiones, era pleno otoño y los tonos ocres y anaranjados predominaban sobre el resto, y la otra pleno invierno y era la nieve la que lo cubría todo y le daba un toque misterioso. Esta vez, en invierno pero sin nieve, mostraba una cara totalmente diferente a las anteriores.

Camino que discurre entre el Faedo

Antes de publicar esta entrada recuperaré la que hice en el año 2.013 (|Ruta| Faedo de Ciñera (hecha en el año 2.013)) donde hay más información sobre la zona del Faedo, y en ésta entrada que estás leyendo, me centraré más en la parte del Castillete del Pozo Ibarra.

La forma más adecuada de hacer esta ruta, a mi modo de ver, sería de la siguiente forma. Antes de nada, saber que tenemos la opción de hacer una ruta circular o volver por el mismo camino por el que hacemos la ida. La pista para volver, si la queremos hacer circular, vuelve al pueblo de Ciñera directamente desde la explanada del Pozo Ibarra. Nosotros volvimos por el mismo sitio por el que subimos, pero para gustos, colores. Y si decides hacer la visita completa del Faedo y al Castillete, lo suyo sería subir por uno, y volver por el otro, siendo lo ideal ir primero al Faedo, volver hasta la intersección para subir al Pozo Ibarra, y desde allí, coger el camino secundario para regresar al pueblo.

Luego entonces, con la mochila ya a la espalda y estando seguros de llevar como mínimo agua y un bocata y tras dejar el coche aparcado en el pueblo, nos dirigimos por el camino que pasa junto al cementerio, hasta llegar a una intersección en la que, si seguimos por la izquierda iremos en dirección al Faedo, y si coges el camino de la derecha (ambos marcados con una señal de madera), nos llevará al Castillete del Pozo Ibarra.

Si decides ir primero al Faedo, tendrás que volver hasta este cruce para dirigirte al Castillete y posteriormente volver a Ciñera.

Aquí os dejo información sobre la ruta, los ficheros para descargar al GPS, y el perfil de elevación:

Ruta: Ciñera - Pozo Ibarra - Faedo - Ciñera


Trayecto: Ida y vuelta por el mismo camino
Nivel: Fácil
Distancia total: 6,91 km.
Tiempo total: 2:39:44 (con paradas)
Velocidad en movimiento: 3,15 km/h.
Ritmo: 23:07 min/km.
Altura máxima: 1150 m.
Altura mínima: 987 m.
Diferencia máxima: 163 m.
Ganancia elevación: 207 m.
Pérdida elevación: 140 m.


Descargar ficheros de la ruta


Formato .GPX Formato .KML


Perfil de elevación de la ruta

Castillete del Pozo Ibarra

Resulta sorprendente que en esa zona hubiese toda la actividad que una mina requiere, sobre todo por el tema de los accesos, aunque imagino que en aquella época, los caminos estarían bastante mejor conservados.

Interior de otro de los edificios del complejo

Después de dar unas vueltas por allí y hacer unas fotos, toca volver al pueblo, y en este punto, tenéis que decidir si volvéis por donde habéis venido o si lo hacéis por el camino secundario que sale desde la explanada del Pozo Ibarra.

Si fuimos por el camino del Cementerio, nos encontramos con una zona habilitada con mesas para comer, por lo que podemos parar para reponer fuerzas y dar buena cuenta del bocata antes de regresar al pueblo.

lunes, 17 de marzo de 2025

|Ruta| Faedo de Ciñera (hecha en el año 2.013)


Ver Faedo 2 en un mapa más grande


Recupero esta antigua ruta de un blog que tenía para publicar mis salidas por que hace unos días hemos visitado de nuevo la zona, y aunque hemos vuelto a visitar el Faedo, en esta ocasión la idea era conocer el Castillete del Pozo Ibarra, así que comparto la que hicimos años atrás para refrescar la memoria.

El Faedo de Ciñera es uno de los sitios con mas encanto que hay para darse un buen paseo. Aun sin tratarse de un largo recorrido ya que apenas llega a los 5,5 km. (partiendo del aparcamiento que hay en el pueblo), es ideal para realizarlo con los peques de la casa. A ellos les gustará especialmente el hayedo en si mismo, al que verán como un bosque de hadas (o por lo menos, así lo llamó mi hija cuando lo vio).

Faedo de Ciñera

Trayecto: Ida y vuelta por el mismo camino
Nivel: Fácil
Calificación: ****°
Creado mediante My Tracks en Android.
Tipo de actividad: recorrido a pie
Distancia total: 5,86 km (3,6 mi)
Tiempo total: 2:01:00
Tiempo de movimiento: 1:36:02
Velocidad media: 2,90 km/h (1,8 mi/h)
Velocidad de movimiento media: 3,66 km/h (2,3 mi/h)
Velocidad máxima: 5,26 km/h (3,3 mi/h)
Ritmo medio: 20:40 min/km (33:15 min/mi)
Ritmo de movimiento medio: 16:24 min/km (26:23 min/mi)
Ritmo máximo: 11:25 min/km (18:22 min/mi)
Elevación máxima: 1257 m (4124 ft)
Elevación mínima: 1105 m (3627 ft)
Aumento de elevación: 351 m (1152 ft)
Pendiente máxima: 24 %
Pendiente mínima: -21 %
Registro: 24/11/2013 13:44

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Esta es una de esas rutas que se hacen mas de una vez y cada una de ellas resulta diferente. Yo la he hecho en otoño y en invierno. En otoño son una pasada los colores y tonos de marrones y ocres, y en invierno, aunque los tonos típicos del otoño han desaparecido, la nieve le da un toque especial.

Partimos del aparcamiento que hay en el pueblo, ya que supuestamente los coches no pueden acceder al camino que lleva al Faedo (cosa que en la realidad algunos se pasan por el arco del triunfo). Cruzamos el pueblo y comenzamos a subir con una ligera pendiente por un camino de tierra. Poco a poco se va notando que la montaña gana espacio, y el camino nos lleva hasta una explanada. Allí encontramos la recreación de una bocamina, así como una vagoneta de transporte de mineros y algún que otro artilugio propio de la minería.

Seguimos ascendiendo, dejando a la izquierda lo que en su día fue una casa y que ahora es una especie de corral para rebaños. Lo siguiente que encontramos son unas mesas para merendar, a la derecha, y lo que en algún momento debió ser una especie de bar de madera. Cruzamos un pequeño puente sobre el riachuelo que nos ha ido acompañando un rato atrás y entramos en un prado que nos lleva hasta otro puente, donde empieza realmente el Faedo. Toda la parte que cruza el bosque está protegida, advirtiéndonos en un cartel que nos abstengamos de salirnos del camino de madera con el fin de preservar las especies de la zona.

Durante todo este trayecto, veremos discurrir un riachuelo a nuestra izquierda. Todo tipo de líquenes y musgo adornan los árboles, dándoles un aspecto y color impresionantes. Decir que si cuando visiteis la zona ha nevado, la pasarela de madera es una pista de patinaje, así que mucho cuidado. De repente, habremos llegado al final del camino, dejando atrás el Faedo. Ahora el paisaje cambia y se torna gris. Cruzamos un puente que está construido con la sujeción de un túnel de la mina, Un camino entre la roca nos acerca a una zona escarpada, por donde los niños (y todo aquel que no se encuentre en relativa forma) deberían abstenerse de continuar. Este camino de mayor dificultad nos lleva hasta Valporquero, y lo tengo pendiente de hacer, ya que las dos veces iba con la familia y en este punto nos volvimos. Para terminar, decir que es una ruta que hay que hacer si o si, y a ser posible en otoño.










Hasta la próxima!.

jueves, 13 de febrero de 2025

Tutorial: Como fastidiar una foto en 30 segundos


TODAS LAS FOTOS DE ESTA PUBLICACIÓN HAN SIDO SACADAS DE LA PLATAFORMA GURUSHOTS, Y NO SE QUIENES SON SUS PROPIETARIOS, YA QUE NO SE PUEDE ACCEDER A DICHA INFORMACIÓN.

Desde que empecé en el mundo de la fotografía con una cámara digital réflex, sabía que tener una cámara decente no serviría de nada si hacía las fotos en JPG. Así que, desde un principio, me esforcé por aprender los conceptos básicos para comenzar a disparar en formato RAW.

Este formato, cuyo nombre en inglés significa "crudo", permite que las fotos se almacenen de manera que puedan ser editadas posteriormente en un programa de posprocesado para corregir fallos menores. Si la foto se toma en JPG, apenas existe posibilidad de modificarla una vez capturada, ya que este formato está comprimido y no ofrece la misma flexibilidad de edición que el RAW.

Por eso, desde el principio, me propuse utilizar siempre la cámara en la posición M (manual) del dial de modos. Sin embargo, esto conlleva un tiempo adicional de edición posterior para corregir pequeños problemas que puedan haberse originado en el momento de realizar la foto.


Pero así como tenía claro esto, también sabía que no se podía abusar de ese posprocesado. Y lo digo porque, desde que entré en plataformas de fotografía como EyeEm, GuruShots y similares, empecé a encontrarme con fotos excesivamente "maquilladas", auténticos esperpentos que, en muchos casos, arruinaban la foto original. Parecen más montajes de Photoshop que otra cosa.

Un ejemplo es el uso excesivo de la técnica HDR (High Dynamic Range, o Alto Rango Dinámico), que consiste en tomar varias fotos con exposiciones distintas (una sobreexpuesta, otra subexpuesta y otra normal) para combinarlas y obtener una imagen con un contraste muy marcado entre las zonas oscuras y las claras.

Otro ejemplo son aquellas fotos en las que los colores no corresponden con la realidad: praderas de un verde "radiactivo" que hacen sangrar los ojos. No digo que, desde un punto de vista creativo, un leve ajuste no pueda mejorar una imagen, pero sin exagerar... 

 


No entraré en más detalles sobre esto último, porque no es lo que quiero comentar hoy, pero hay mucha gente que abusa de esta técnica, y se ven barbaridades incomprensibles. En muchos casos, con un pequeño retoque, la foto original habría quedado mucho mejor.

Cuando voy a hacer una foto, intento que desde el mismo momento en que hago la toma salga lo mejor posible. No se trata de hacer una foto (que te ha salido como el culo) y luego pasarla por Lightroom (o similar) para darle tal lavado de cara que parezca que la hizo el programa en lugar del supuesto "fotógrafo". Además es que ya no recordamos cuando no existía lo digital, y llevabas el carrete a revelar. De aquellas, o te lo currabas o no sacabas ni una buena.


Y de eso venía a quejarme, de que merece la pena esforzarse un poco más, currándose la composición, el encuadre, y que si, que yo soy el primero que le subo o le bajo la exposición, o las sombras a una foto con Lightroom, pero procuro no abusar. Las fotos me gusta hacerlas a mi, no recomponerlas al 100% en un programa. Y las que no valgan, a la basura, que también forma parte del aprendizaje.